Los acreedores no se presentaron a las llamadas para tratar una nueva oferta de canje de sus ONs.
La petrolera YPF fracasó en su primer intento de reestructurar la deuda de casi US$ 6.226 millones. La compañía tenía previstas para el lunes la realización de siete asambleas, donde trataría con sus acreedores las características de la reestructuración que busca, publica Clarín.
YPF le quiere proponer a sus acreedores que acepten canjear los términos y condiciones de deuda ya existente, para reemplazarlas por nueva deuda, cuyo cronograma de pago es más flexible y extendido en el tiempo.
Pero ese intentó no prosperó. YPF comunicó a la Bolsa de Comercio que no pudo realizarlas.
«Debido a la falta de quórum necesario para sesionar, no fue posible abrir el acto en primera convocatoria y celebrar la misma», comunicó la compañía.
El principal escollo para la compañía es un pago de US$ 413 millones que tiene que realizar el 23 de marzo. El Banco Central le comunicó a YPF que no le venderá los dólares para realizar esa operación. En consecuencia, YPF salió a ofrecerle un canje a sus acreedores.
Los acreedores esperan una nueva oferta por parte de la compañía, que aún no realizó comentarios. La acción de YPF cayó un 1,1% en los Estados Unidos, mientras que descendió un 5% en Buenos Aires.
«En estos días sale una nueva oferta, martes o miércoles», explicó un abogado que conoce la operación. «Está claro que van a tener que ofrecer algún ‘endulzante’, porque la oferta actual no resulta atractiva», añadió.
En su comunicación original, YPF había planteado que quería tener el proceso cerrado entre el 4 de febrero y el 9 de febrero.
YPF manifestó su intención de reestructurar la deuda el 8 de enero. Desde allí, mejoró algunos términos legales, a los ojos del mercado, para que los acreedores participaran de las llamadas previstas para esta mañana.
YPF enfrenta el pago de un bono de US$ 413 millones que vence en marzo. El desacuerdo con el Central sobre el tratamiento del mismo fue uno de los motivos de la renuncia de Guillermo Nielsen, el saliente presidente de la compañía. En YPF dijeron que no hubo desacuerdos entre la entidad monetaria y la petrolera.
En su propuesta original, YPF ofrecía dos canjes diferentes según cuando se ingresara a ese proceso. Para la deuda que vence en marzo, ofrecía emitir una nueva ON (de US$ 1.025 por cada US$ 1.000 emitidos) más US$ 157 en efectivo, respaldado en las exportaciones de la compañía. Para los que ingresen al canje en forma posterior, la compañía prometía una nueva ON por US$ 1.182 (por cada lámina de US$ 1.000), pero sin premio de efectivo.
YPF ofreció un 0% de interés hasta 2023. Desde allí, comenzaría a abonar una tasa de 8,5% anual. Para los que ingresaban temprano, el bono se los daban para 2026. A los que se inscribían después, para 2029.
Como las ONs emitidas son diferentes, las ofertas realizadas tienen características disímiles. Los nuevos horizontes de pago son 2026, 2029 y 2033, según la clase de títulos que se quieran canjear.
Al igual que sucedió con la reciente reestructuración de la deuda soberana argentina, en estos procesos se suelen hacer varias rondas hasta llegar a una conclusión.
«Por lo general, se habla con los inversores, se consensúa una postura y luego se lanza la oferta para asegurarse la aceptación», explica un negociador de deuda local, que participó en estos procesos. «Acá mantienen el modus operandi de hacer propuestas unilaterales queriendo dejar a los inversores como intransigentes cuando la intransigencia la marca el estilo de negociación del gobierno que la mantiene», agrega.
Aunque la acción de YPF se encuentra en mínimos, la compañía cuenta con una caja de alrededor de US$ 10.000 millones. Para los analistas, no debería ser un problema un pago de US$ 413 millones.
YPF ya había reestructurado esta misma deuda durante 2020. En ese momento, el bono que vence en marzo rondaba los US$ 1.000 millones. La compañía tuvo un 58% de aceptación en esa negociación.
YPF podría ser un «caso testigo» para el resto de las compañías con deuda corporativa, según entienden en el mercado. La decisión de impedir que las empresas hagan pagos en dólares durante un lapso podría extenderse a otras empresas, dicen los especialistas en finanzas.