El Gobernador llegó a los 10 días sin apariciones oficiales desde la videoconferencia que mantuvo con Alberto Fernández donde anunciaron obras para Chubut. Mientras, con un par de sectores que ya cobraron su salario –atrasado-, para el resto no hay perspectivas de pago aún. Por otro lado, desde las entrañas del Gobierno Provincial todavía siguen sin saber dónde está el piloto, al que tampoco supieron definir si es malo o bueno “piloteando esta tormenta”.
En Chubut la situación no hace otra cosa que agravarse. Los trabajadores estatales pueden contarlo bien. De la exigencia de respetar cláusulas gatillo, encabezada por ATECh, pasaron al pedido del pago de salarios en tiempo y forma desde todos los sectores del Estado provincial, y la pandemia de Coronavirus no hizo otra cosa que profundizar la crisis arrastrada.
El sector de Salud hace malabares en medio de la turbulencia de este vuelo comandado por el piloto Mariano Arcioni, atendiendo a cada vez más pacientes graves de COVID sin siquiera cobrar sus salarios en tiempo y forma por tareas tan esenciales. La Policía también trata de mantener el equilibrio en este avión sin asientos ni comodidades de la aerolínea Chubut. Ambos sectores, con Fabián Puratich y Federico Massoni a la cabeza, “lograron” cobrar sus sueldos del mes de julio, al igual que el primer rango.
Mientras, el resto de los trabajadores estatales se sostienen como pueden en cada ala del avión, parece no haber espacio para ellos adentro de la aeronave. Estamos a 21 de septiembre y no hay perspectivas de pago para los rangos que faltan. El medio aguinaldo ni siquiera tiene lugar en este vuelo.
Los miembros de la cabina informan a los pasajeros que hace 10 días no ven al jefe de vuelo, Mariano Arcioni. En su última aparición, mantuvo una videoconferencia con el presidente Alberto Fernández donde anunciaron obras para Chubut, luego, puso el piloto automático y desapareció.
Desde la misma tripulación, Javier Touriñan, secretario general de la Gobernación de la provincia del Chubut (algo así como un técnico del vuelo), aseguró que “el gobernador va piloteando la tormenta, no sé si es bueno o malo haciéndolo”, lo que trajo aún más intranquilidad a los pasajeros que al ver por la ventana no divisan otra cosa que nubes.
En tierra firme tampoco están muy bien las cosas, porque el piloto parece no intervenir en lo que concierne a los “mortales”, solo firma decretos para aplicar restricciones en busca de limitar la circulación y luego sus ayudantes de vuelo Puratich y Massoni hacen el resto en lo que incluya la situación epidemiológica.
En otra semana en la que se viven horas muy difíciles y de incertidumbre en Fontana 50, donde si no llega el salvataje no hay “plan B”, una misión chubutense encabezada por funcionarios de Economía y del Banco del Chubut se reúne con el ministerio del Interior y Economía de Nación. Del otro lado y con un clima enrarecido, se movilizan este jueves los gremios estatales a Rawson.
Hace más de dos años que todas las semanas parecen ser “claves” para Chubut. Puesto que la Provincia está inmersa en una crisis profunda estructural de la que todavía no hay, ni se asoman, planes serios para salir.