Vuelta la presencialidad y mascotas: Cómo controlar el desapego de perros y gatos y evitar que sufran

La jefa de Investigación y Comunicación Científica de Vitalcan, Tamara Cursach, charló con BigBang sobre el comportamiento de las mascotas y la nueva normalidad. Pasaron casi dos años desde el inicio de la pandemia de…

domingo 07/11/2021 - 13:38
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La jefa de Investigación y Comunicación Científica de Vitalcan, Tamara Cursach, charló con BigBang sobre el comportamiento de las mascotas y la nueva normalidad.

Pasaron casi dos años desde el inicio de la pandemia de coronavirus. Durante ese lapso, la mayor parte de la humanidad debió cumplir con el aislamiento en sus hogares y adaptar sus empleos a la virtualidad. Muchos de ellos no estuvieron solos sino que contaron con la compañía de sus mascotas. 

Con el avance de la ciencia, el descubrimiento de las vacunas y la aplicación de las mismas, el mundo comienza a transitar su camino a la nueva normalidad. En ese punto, los trabajadores y las trabajadoras regresan a sus empleos de manera presencial. Y en ese camino, los perros y los gatos sufren la partida de sus dueños y la vuelta a la soledad en sus casas. ¿Cuánto vale la verdad?Tu apoyo es fundamental para nuestro futuro.

Por eso, BigBang charló con Tamara Cursach, jefa de Investigación y Comunicación Científica de Vitalcan, para que explique cuáles son los comportamientos de los animales para demostrar que están sufriendo el desapego; cómo ayudarlos a superar la situación y que se adapten a la nueva realidad, y qué consejos seguir para no sufran.

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– Con la vuelta a la presencialidad en los trabajos para muchas personas después de un año y medio en el que trabajaron desde sus hogares y estuvieron apegados a sus mascotas casi todo el día, ¿los animales pueden sufrir ese desapego?

– Sí, los animales son seres de costumbre, necesitan una rutina y cualquier alteración en la misma puede producir algún desequilibrio en lo emocional. Lo lógico sería que haya una adaptación natural pero depende de muchas variables individuales. En algunos animales comienzan a manifestarse signos que deberían alertarnos para consultar con un profesional especialista en comportamiento.

– ¿Cómo pueden llegar a manifestar ese sufrimiento tanto los perros como los gatos?

– No en todos en los casos es igual, sin embargo, en los perros es más habitual ver algunos signos tales como ladridos constantes cuando lo dejamos solos o aullidos, rascado de puertas, cambios en la conducta de descanso y alimentación, romper objetos del hogar, etc.

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-¿Y en los gatos?

-En los gatos si bien no es tan frecuente el hiperapego, algunos signos pueden ser maullidos, cuando nos estamos preparando para irnos, cambios en la conducta de alimentación y de defecación -esta última suele ser en lugares no habituales, tales como sillones, cama, alfombras, etc.-. Lo mismo ocurre con la micción. Otro signo que puede alertarnos, si bien no es el más frecuente, es el exceso de acicalamiento (lamido/limpieza) que en algunos casos extremos puede dejar esas áreas sin pelo. 

– ¿Pueden expresar su malestar a través de enfermedades o problemas físicos? ¿Cuáles pueden ser y qué hacer en ese caso?

– Al haberse generado situaciones de estrés constantes pueden manifestarse algunas enfermedades, tales como trastornos en las vías urinarias bajas de los gatos, dermatitis por lamido excesivo más frecuente en perros, los típicos parches calientes y, en general, sabemos que cualquier situación de estrés afecta el sistema de defensas de los animales por lo que pueden llegar a tener una mayor predisposición a cualquier enfermedad. Por eso, es importante contar siempre con el plan sanitario vigente recomendado por su médico veterinario.

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– ¿Hay diferencias entre el malestar que pueden sentir perros y gatos? ¿En qué se nota?

– No es tan frecuente este trastorno en felinos como en caninos.

-¿Cómo debe prepararse alguien que vuelve a la presencialidad laboral y no quiere que su mascota la pase mal?

– Es necesario que los cambios en la rutina no sean abruptos. Es conveniente que se los empiece a dejar solos de a poco para acostumbrarlos y que nos sufran durante nuestra ausencia. 

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– ¿Qué recomienda para el manejo y el control del desapego?

– Un consejo sería poder empezar gradualmente, tan solo unos minutos al principio a experimentar la ausencia nuestra empezando por delimitarle espacios donde al principio pueda vernos sin estar tan cerca o pegados. A modo de ejemplo que su espacio de descanso no esté en el mismo ambiente donde uno trabaja en su casa.

– ¿Cómo debe ser el lugar donde el animal se quede durante el día?

– Es importante que el ambiente donde queremos que queden solos sea un espacio reconfortante y divertido para que la experiencia sea positiva. Podemos enriquecer el ambiente con sus juguetes preferidos o con algunos rellenables como pelotas con snacks o croquetas de su alimento habitual, etc.

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– ¿Hay que realizar algún cambio en la dieta de las mascotas?

– Es importante adecuar las calorías ingeridas por las mascotas si hay un cambio en su actividad física. Si paseaban con nosotros varias veces al día o si tenían muchos momentos de juego, y ahora que nos vamos a trabajar van a pasar mucho tiempo solos seguramente pasen el día de una forma más sedentaria por lo cual se debería adecuar la ración diaria de alimento. También debemos evaluar periódicamente el peso y ante una suba, consultar a su médico veterinario que seguramente cambiará su alimento por uno bajas calorías. Tengamos en cuenta que si hiciera falta modificar la frecuencia de alimentación, por ejemplo de varias raciones al día a sólo dos, el cambio deberá ser gradual. 

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– En el caso de los animales que fueron adoptados durante la cuarentena y fueron criados con un humano constantemente a su alrededor, ¿se debe cumplir con alguna preparación especial?

– En el caso de los perros que fueron adoptados durante la cuarentena, no solo crecieron dentro de un hogar vinculándose únicamente con los miembros de su familia de forma constante sino que, además, tuvieron poca interacción con otros individuos de su propia especie y un menor enfrentamiento a diversos estímulos. Por eso es fundamental que la socialización tardía se haga de forma paulatina pero comenzándola lo antes posible.

– ¿Cómo debería ser esa socialización?

– Es necesario respetar los tiempos que requiera cada período de adaptación de cada individuo en particular y trabajar a partir de experiencias positivas. Es una buena medida enfrentarlo a un estímulo por vez y, en los casos que lo permitan, acompañar el proceso con un perro tranquilo y equilibrado como compañero que ayude a nuestro perro a sentirse confiado. No obstante, es importante tener en cuenta que las conductas muy arraigadas son complicadas de tratar, por lo que se debería acompañar y supervisar este proceso con un veterinario especialista en etología. 

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