La jugada del Gobierno de decretar una repentina vuelta a la normalidad no le dará ningún rédito al oficialismo en las elecciones de Noviembre y hasta supone un riesgo de incrementar el rechazo.
Las consultoras Mariel Fornoni y Celia Kleiman coinciden –según publica La Política Online– en que el rechazo a la gestión de Alberto Fernández está basado principalmente en la cuestión económica y difícilmente esta medida pueda cambiar el humor social. Además, el carácter «electoralista» del anuncio y el eje «¿por qué ahora y no antes?» podrían incrementar el rechazo en moderados y votantes que valoraban la gestión de la pandemia.
«Lo que llamaría el ‘voto barbijo’ no va a tener demasiado impacto porque sigue sin atacar el principal problema que es lo económico», sostiene Celia Kleiman. «Eso no se soluciona con estos subsidios transitorios y tampoco tiene tiempo el Gobierno para solucionarlo de otra manera», agrega la consultora.
La directora de Polldata explica que esto «al núcleo duro no lo va a afectar, ahí no tiene impacto». «La característica de cualquier núcleo duro es que tienen el ‘razonamiento motivado’. Esto es que haga lo que haga la fuerza política le van a encontrar la explicación más allá de que la realidad esté mostrando otra cosa», detalla.
«En los desencantados, los va a desencantar más. Van a decir ‘esto lo podían hacer desde el principio, ¿por qué lo van a hacer ahora?’. Puede producir más bronca porque se nota que es una medida preelectoral», dice Kleiman. «De golpe se producen las elecciones y se acabó la pandemia, hasta en el segmento lábil en el que necesitan buscar votos puede tener un impacto negativo porque se percibe mucho que es una medida muy electoralista», agrega.
«Entre la foto de Olivos y la vacuna, ganó la foto»
«Este voto barbijo puede rebotar en contra ahí. No afecta al núcleo duro pero en el resto es un riesgo y no ataca la agenda social», señala Kleiman, que pone un ejemplo de por qué medidas como el fin del barbijo obligatorio o la vuelta de la nocturnidad no tendrán impacto en sectores al que el gobierno busca seducir. «Al pibe del Conurbano le abrís el boliche pero no tiene plata para ir. La preocupación incluso del segmento joven es primero es tener un mango en el bolsillo para poder ir al boliche», completa.
«Creo que no va a tener ningún impacto electoral», coincide Mariel Fornoni. «Por distintos motivos, primero porque todo lo que pasó en la elección tiene que ver con un quiebre de confianza con el Gobierno», agrega la directora de Management & Fit que explica que en sus estudios 6 de cada 10 rechazaban la gestión de la pandemia y 7 de cada 10 el manejo de la economía y la educación.
«Me parece que todo esto lo que termina generando es más incertidumbre», sostiene Fornoni sobre el cambio de rumbo en la gestión sanitaria del Gobierno. «O sea, no era que era ‘lo económico o lo pandémico’. ¿Si se podía hacer por qué no lo hicieron antes? ¿Por qué todo ahora de golpe? Toda esta batería de medidas tanto en la economía como en la salud ¿por qué ahora y no antes?», agregó sobre la percepción social.
En cuanto a lo económico, Fornoni coincide en que el Gobierno ya no tiene tiempo de torcer el rumbo. «La inyección de dinero rápido para que la gente sienta un poco de bienestar, no creo que en 40 días puedan lograr que impacte en los bolsillos. Y la gente en realidad reacciona cuando la medida se hace efectiva no cuando se anuncia: a vos no te afecta negativamente cuando dicen que van a aumentar el gas sino cuando lo tenés que ir a pagar», explica.
La directora de Management & Fit agrega otro factor por el que considera que al gobierno le será difícil cambiar el panorama electoral. «El cambio de gabinete y la pelea en la coalición gobernante genera todavía más dudas de qué es lo que puede pasar después de la elección. Confianza no genera. Yo creo que en la elección la gente vota en función de la confianza que te genera un gobierno y esto sigue no generando confianza, con lo cual no creo que tenga un impacto electoral positivo», concluyó.