Mariano vio la fase de grupos y retornó al país para disfrutar con su novia el resto de la competencia. Después de los penales con Países Bajos no aguantó y a las pocas horas estaba en el Aeropuerto de Ezeiza: «Los aéreos lo pagué alrededor de 2 millones de pesos. Ni quiero pensar en eso”.
“Lo único que te pido es que no muestres mi cara ni digas mi apellido. Mirá que si en el laburo se enteran de lo que hice me matan”, respondió.
Su nombre es Mariano, tiene 32 años y protagonizó un hecho insólito: “Vine 11 días durante la primera fase. Tomé la decisión de viajar en mayo, cuando caí que podía ser el último Mundial de Messi. Ahí me convencí de venir con mi mujer y mi viejo. Así que viajamos y vimos los tres partidos”, según publicaTN.
“Después del partido con Polonia nos volvimos. Estuve en Argentina una semana y después del partido con Países Bajos no aguanté seguir en el país, lejos de esta experiencia, quizá de los últimos partidos de Messi o de ser campeón del mundo al lado de la Selección”, agregó.
Cuando terminó la primera ronda, Mariano debía retornar a la Argentina por compromisos laborales. Por ese motivo, diseñó el viaje únicamente para ver los tres partidos iniciales.
“Cuando volví a Buenos Aires la decisión era quedarme allá, ver los partidos de mis amigos, aprovechar para juntarme con ellos a comer algo. Pero la verdad es que durante cuartos de final se me hizo difícil, estaba en mi casa solo, no quería ver a nadie, no quería perderme lo que pasaba acá”, reveló.
El hombre sostuvo que durante esos días tampoco pudo cumplir con sus obligaciones de trabajo dado que pensaba únicamente en lo que se estaba perdiendo tras haber regresado.
Al día siguiente del triunfo ante Países Bajos, una idea comenzó a tomar forma en su cabeza: “Fuimos a una cena con unos amigos, después salimos a tomar algo. Ahí me di cuenta que al otro día era el último vuelo para venir a Qatar, así que me puse a actualizar la página con el objetivo de encontrar un asiento”, manifestó.
Además, contó que aquella noche lo invadió un pensamiento que no lo dejó tranquilo: cuánto iba a perder por no vivir algo histórico.
“Con cuánto remordimiento me iba a quedar si no lo vivía en persona”, precisó.
A la única persona que le avisó lo que estaba por hacer fue a su novia: “Justo por Aerolíneas Argentinas aparecieron cuatro vuelos. Dije ‘este es el mío’. Puse una tarjeta y me la rechazaron. Puse otra y la aprobaron. Eran las 2 de la mañana del domingo y el vuelo salía a las 15″, indicó Mariano, que decidió avisarle a su familia de lo que había hecho recién cuando estaba por ingresar al estadio.
Tras aprobarse el tramo, volvió a su casa y decidió dormir un rato antes de armar la valija y partir a Ezeiza.
“Metí la ropa que había traído de Doha y estaba secándose después de haberla lavado. A las 12 estaba en el aeropuerto. Los aéreos lo pagué alrededor de 2 millones de pesos. Ni quiero pensar en eso”, contestó entre risas.
“Tengo tatuado que solo se vive una vez y yo quiero vivir esto. Amo el fútbol, amo a Messi y la verdad es que no podía dejar la oportunidad de estar acá”, sostuvo.