El próximo lunes el INDEC dará a conocer las cifras de la primera mitad de 2019. No obstante, hace unas horas publicó la evolución reciente de los ingresos de los hogares, la cual augura un nuevo aumento respecto a la última medición oficial (32%).
Hace unas horas, el INDEC dio a conocer los cuadros de distribución del ingreso del segundo trimestre de 2019. Se trata de un informe en el cual se muestra qué ocurrió con los ingresos de las familias en el último año. Tal como se ve en el Gráfico 1, los ingresos del conjunto de la población (barras azules) perdieron por goleada contra los precios. Para ponerlo en números, entre los segundos trimestres de 2018 y 2019, la canasta alimentaria (que es la que define la línea de indigencia) subió 61,9%. En tanto, la canasta básica total (que se utiliza para la línea de pobreza) subió 60,5%.
Los ingresos no solo quedaron muy por detrás de la inflación, sino que además, las familias más pobres fueron las que más perdieron poder adquisitivo. Mientras que los ingresos del decil 10 (el 10% de mayores ingresos) subieron 42% en el último año, los del decil 1 (el 10% más pobre) lo hicieron en apenas un 26%. Una posible razón detrás de esto es que los trabajadores precarios tuvieron un muy escaso de negociación de sus ingresos laborales, producto de la suba del desempleo, la subocupación y de los trabajadores que necesitan trabajar más como sea.
En suma, del Gráfico 1 pueden concluirse tres cosas: a) el conjunto de la población se empobreció en el último año, b) empeoró significativamente la distribución del ingreso (ya que los más pobres fueron los que más se hundieron) y c) subieron fuerte tanto la pobreza como la indigencia. ¿Pero cuánto treparon?
En general, por cada 2/2,5% que cae el poder adquisitivo, la pobreza trepa un punto porcentual. Entre fines de 2017 y mediados de 2019, el poder de compra del decil 4 (que es el que está atravesado por la línea de pobreza) cayó 21%, una caída que no se observaba desde la crisis de 2001-2.
Nuestra estimación es que la pobreza en el primer semestre de este año se ubicó en el 35,1%. A modo de referencia, en el segundo semestre de 2017 se había ubicado en el 25,7%, la menor cifra en tres décadas. Es decir, entre la victoria de Cambiemos en las legislativas de 2017 y los meses previos a las PASO de 2019, la pobreza subió en casi 10 puntos porcentuales. Se trata de 4 millones de pobres nuevos en el último año y medio. A su vez, este 35% no sólo exhibe una suba respecto a la última medición oficial (32% en el segundo semestre de 2018), sino que es el valor más alto en once años. Hay que remontarse a 2008 para encontrar una tasa de pobreza de esta magnitud.
La indigencia, por su parte, habría llegado al 7,7% en el primer semestre del año, tres puntos por encima de fines de 2017 (alrededor de 1.300.000 personas cayeron por debajo de la línea de indigencia). La cifra de indigencia se ubica ahora en niveles similares a 2010-11 y a 2014.
El dato que dará a conocer el lunes el INDEC ya quedó viejo. El salto devaluatorio post PASO volvió a atizar una inflación que se había moderado en los meses previos a las elecciones primarias. Por esa razón, es altamente probable que la pobreza y la indigencia sigan subiendo en los próximos meses.
De acuerdo a estimaciones que hicimos con los economistas Guido Zack y Federico Favata, a fines de 2015 la pobreza se ubicaba en el 26,9% y la indigencia en el 4,7%. Si bien es imposible saber con precisión en cuánto estarán ambos indicadores a fin de año, sí es un hecho que durante el gobierno de Cambiemos por lo menos cuatro millones de personas cayeron debajo de la línea de pobreza y que la gran mayoría de la población empeoró su situación económica. Más que la situación del empleo (que viene deteriorándose paulatinamente), la rotunda derrota de Juntos por el Cambio en las PASO se explica por el hecho de que casi nadie se salvó del desplome del bolsillo.