El fabricante consiguió un aval del gobierno de Estados Unidos, que le permitirá producir entre 100 y 325 unidades al año. La historia de un modelo que había fracasado y se convirtió en objeto de culto gracias a la película. Está abierta la lista de posibles comrpadores.
Marty McFly acababa de ver cómo un auto que llevaba a un perro (Einstein) como único pasajero se desmaterializaba frente a sus narices, y dejaba una estela de fuego, en lo que había sido el inicio del primer viaje en el tiempo de ese vehículo. Pero como no salía de su asombro por el modelo, preguntó: “¡¿Quiere decir que usted construyó una máquina del tiempo con un DeLorean?!”. Y la respuesta, canchera y sabihonda, del doctor Emmet Brown fue el inicio de las campañas de marketing más desaprovechadas de la industria automotriz: “En mi opinión, si vas a construir una máquina del tiempo, ¿por qué no hacerlo con estilo?”, devolvió el científico. Un par de segundos más tarde, Einstein regresaba de su viaje temporal de un minuto. El DeLorean ya era parte de una de las leyendas del cine.
Tres películas, cinco horas y cuarenta minutos de proyección, más de mil millones de dólares recaudados por taquilla en todo el mundo, lo que redunda en millones de espectadores que las vieron sólo en el cine, más los millones que caen en el encanto de detener el zapping cada vez que un canal de películas en el sistema de cable está televisando una de ellas. Todo ese bagaje de promoción para un auto que resultó un fiasco, que tuvo apenas un par de años de producción y poco más de nueve mil unidades fabricadas pero que se convirtió en un objeto de culto, precisamente, por su rol más que protagónico en Volver al Futuro. El DeLorean DMC-12, ese deportivo con pretensiones que eligió el Doc Brown para darle forma a su máquina del tiempo, puede volver al ruedo y aprovechar toda esa campaña por el momento desperdiciada.
John DeLorean, nacido en Detroit y fallecido a los 80 años en 2005, fue quien le puso el apellido a la marca. Pese a su origen, la planta automotriz la había instalado cerca de Belfast, la capital de Irlanda del Norte. El DMC-12 se fabricó entre 1981 y 1982. Ya pasaron 38 años desde que el auto fue discontinuado pero la marca sigue vigente. Es propiedad del empresario británico Stephen Wynne, quien compró la patente e intentó retomar la producción en su planta de Texas, pero hasta ahora no lo consiguió.
En la actualidad, DeLorean Motor Company se dedica a la compraventa de modelos usados, a los que pone en valor y hasta los personaliza antes de volver a insertarlos en el mercado. Pero en las últimas semanas recobró fuerza la posibilidad de retomar la producción con un nuevo modelo, aggiornado a los tiempos actuales pero manteniendo el espíritu de aquel DMC-12 que se convirtió en una celebridad en 1985, año del estreno de la primera de las tres películas de Volver al Futuro.
El año que se estima para el retorno es 2021. DeLorean Motor Company está decidida a fabricar un número limitado de unidades de uno de los deportivos más icónicos y singulares de todos los tiempos. El proyecto estuvo congelado desde 2016, pero en los últimos meses se han dado pasos legales importantes que invitan a pensar que esta utopía está mucho más cerca de convertirse en una realidad.