“Así como se subió, que se baje” comentaban los vecinos que presenciaron la insólita escena.
Tras cometer un delito, un malhechor quiso escaparse por los techos de las viviendas. Sin embargo, allí fue alcanzado y aprehendido por un oficial, que luego recibió refuerzos.
Habrían llegado hacia allí luego de una persecución algo agitada y al parecer, no hubo escalera de por medio.
Ante la necesidad de bajar del techo de una de las viviendas para seguir con el proceso de detención, uno de los policías realizó una acrobática maniobra para descender.
Colocando sus manos en el borde del techo, que estaba a poco más de dos metros de altura, hizo una especie de roll hacia adelante para caer de manera suave en el piso.
Luego fue el turno del detenido, que no contaba con las mismas habilidades que el agente, y para colmo, estaba esposado con sus manos en la espalda.
Así fue que lo hicieron sentarse en la cornisa y desde allí, lo empujaron hacia abajo, cayendo parado y siendo supervisado por el policía que bajó primero. “Así como se subió, que se baje”, comentaba una vecina que presenció el episodio.
Inmediatamente el preso fue puesto en detención en el suelo, mientras el agente acrobático recuperaba los elementos que había soltado para realizar su maniobra: un chaleco antibalas, y un arma larga de gran calibre.