Los vuelos escasean y los pocos que salen a la venta, los llamados “vuelos especiales” de Aerolíneas Argentinas, transportan a estudiantes y otros ciudadanos oriundos de Comodoro que por diversas cuestiones se encontraban en otros puntos del país cuando comenzó la pandemia. Dos estudiantes radicados en Buenos Aires relatan a El Comodorense cómo es la experiencia de viajar desde la provincia con mayor número de infectados en el país, y los protocolos que deben cumplir quienes arriban a la ciudad en el contexto de pandemia, tal como lo hicieron casi 5.400 personas en la ciudad y cerca de 15 mil en Chubut.
Lunes 3 de agosto, 7 de la mañana. Joel y Mateo, dos comodorenses radicados en la ciudad de Buenos Aires buscando estudiar las carreras que les apasionan, se preparan para volver a su ciudad de origen, Comodoro, tras casi 5 meses de pandemia viviendo en la provincia con mayor cantidad de casos del país.
“En Buenos Aires ya estábamos cumpliendo la cuarentena, estudiamos y trabajamos de manera online y no salíamos para nada. Encima cada uno vive solo así que hay menos probabilidades de contagiarse”, confía Joel a El Comodorense.
Ellos son dos de los 168 pasajeros que arribaron desde Capital Federal este lunes, a bordo del vuelo AR-1820 de Aerolíneas Argentinas que partió desde Ezeiza debido al cierre de Aeroparque por remodelaciones.
EN EZEIZA, CASI “NORMALIDAD”
Con pasaje en mano, que luego darían cuenta de lo variado de los precios a la hora de comentar cómo lo adquirieron, llegaron a un aeropuerto de Ezeiza donde “parecía un día normal por el tipo de controles que había, no nos controlaron la temperatura ni nada”, en el contexto de pandemia de COVID-19 que tiene a Argentina con 228 mil casos positivos y a Comodoro con 245.
Según Mateo, los precios de los pasajes variaban de 4.800 –en el caso de Joel-, 6.000 en su caso, e “incluso 10 mil en el caso de otro amigo”. Además, expone que para obtener el pasaje “fue todo muy desorganizado, porque no sabías si te iban a llamar, si era por e-mail, ni por qué los valores eran distintos”.
Allí, tuvieron que firmar una declaración jurada que habiendo aterrizado en Chubut, se volvería obsoleta ya que “acá nos dijeron que esa no servía y que teníamos que firmar otra”.
El embarque fue normal, describen, pero dentro del avión se llevaron la sorpresa de encontrar un vuelo repleto. “Nos sentamos todos en asientos uno al lado del otro”, describen.
ARRIBO Y CONTROLES
Ya en suelo comodorense, el control quedó a cargo del área municipal y el servicio del 107. Una vez en tierra firme, “bajamos del avión e hicimos fila con la distancia correspondiente hasta que llegamos al control de temperatura”, que fue una de las medidas del operativo especial que se desarrolló en cada vuelo proveniente de zona de riesgo.
Otra declaración jurada les esperaba para ser firmada. “Cuando firmamos la declaración es muy importante el tema del asiento porque con eso sabían cómo hacer la búsqueda del nexo epidemiológico. En el caso de que alguno del avión saliera positivo ya se tiene un radio de dos asientos de distancia para buscar a los contactos estrechos”, analizó Joel.
Una vez cumplido este paso, se busca el equipaje y se sale del aeropuerto, que “ estaba solo para nosotros y hubo un operativo sanitario bastante importante. Toda la gente que no éramos nosotros estaban con los trajes de bioseguridad”, indicó Mateo.
En la salida del Aeropuerto General Mosconi los esperaban varias traffics, en su mayoría transportes escolares que prestaron servicio de traslado para los recién arribados.
En las afueras del aeropuerto a varios pasajeros se los roció con un líquido para desinfectar, aunque “a nosotros no nos desinfectaron”, expuso uno de los jóvenes.
Otra sorpresa que se llevaron fue que el servicio de traslado, que les habían anticipado que debían usar para volver a sus hogares, no era gratis. “Cada pasajero pagó 400 pesos por el traslado hasta el domicilio donde iban a cumplir el aislamiento, otros se fueron en autos particulares. Ahí entrábamos 10 personas y el conductor, todos apretados” dijo Mateo, haciendo hincapié en que este fue otro de los momentos donde los pasajeros del vuelo se vieron amontonados imprudentemente por motivos de la organización.
LLEGADA AL DOMICILIO: AISLAMIENTO Y CONTROL POR 14 DÍAS
Ya en el lugar donde consignaron que realizarían el aislamiento por un lapso de 14 días, “nos llaman una vez cada 2 o 3 días para preguntar cómo estamos, nos aclaran que no estemos con nadie, nos preguntan si tenemos patologías de base”, señalaron los estudiantes, quienes cumplen el aislamiento de manera conjunta y alejados de sus familiares.
Allí, son visitados alrededor de 2 días a la semana por profesores de educación física que prestan este servicio temporalmente. Mateo recuerda que “dos personas pasan y te hacen mostrar el DNI por la ventana para chequear si estamos ahí”.
5.366 viajeros ya cumplieron el Aislamiento Social Obligatorio luego de arribar a Comodoro desde zonas de riesgo desde el inicio de la pandemia.
FUENTE: MINISTERIO DE SALUD DE CHUBUT
Desde su arribo el lunes al domicilio donde cumplen el Aislamiento Social Obligatorio, los llamaron desde el área de epidemiología, dicen, “nos pidió el nombre, apellido, dni, y un par de datos más como si trabajás o estudiás desde en tu casa, también si estás junto con tu familia o no”.
“Algo que nos llamó la atención fue que después nos llamaron de otro número de municipalidad que nos pide que nos registremos en una aplicación de rastreo vía GPS”, expuso Joel, y añadió “no nos parece correcto que nos puedan rastrear. Nos dijeron que firmamos algo que dice que le damos el poder al Estado de poder rastrearnos las 24 horas mientras dure el aislamiento”, pero “en ningún momento lo leí cuando firmé, tampoco la palabra GeoCell –la aplicación que estarían obligados a descargar y registrarse- ni ningún tipo de software”.
En la actualidad, son 466 los viajeros que se encuentran en aislamiento en Comodoro, y en Chubut ya lo cumplieron 14.248 personas.
FUENTE: MINISTERIO DE SALUD DE CHUBUT
A partir de la fecha de su llegada, son al menos 14 días donde deben cumplir estrictamente el aislamiento que le corresponde a quienes ingresen a la ciudad desde zonas de riesgo. Una vez cumplido este lapso “te llama un médico y te pregunta si tenés síntomas, y si no tenés te dan el alta y te envían un comprobante que también podés pedir otros para el trabajo o universidad”, aunque fueron advertidos de que “solo te llama una vez y si no atendés no te envían el alta”, concluyeron.
