A más de una semana del feroz temporal que azotó Bahía Blanca, dejando un saldo de 16 muertos y más de 1.400 evacuados, la inseguridad se convirtió en una nueva amenaza para los damnificados. El temor a los saqueos ha llevado a numerosos vecinos a resistirse a abandonar sus hogares, incluso cuando estos siguen inundados y en condiciones insalubres.
El fiscal general de Bahía Blanca, Juan Pablo Fernández, confirmó que las denuncias por robos y saqueos aumentaron un 25% en los últimos días. Según datos de la aplicación de seguridad de la Provincia de Buenos Aires, el fin de semana pasado se registraron 26 denuncias y 17 detenciones, pero para el jueves la cifra ascendió a 90.
“Nos tuvimos que quedar porque, así como hay necesidad, también hay gente que aprovecha. Ya robaron garrafas y muchas cosas…”, relató un vecino en diálogo con TN.
Zonas más afectadas y operativos policiales
Los barrios más golpeados por la inseguridad son Ingeniero White, General Cerri, Barrio Maldonado, Pampa Central y Villa Derby, entre otros. En estas zonas, la Policía detuvo a 17 personas entre el viernes 7 y el domingo 9 de marzo por robar viviendas y comercios abandonados debido a la crecida del agua.
Entre los arrestados, siete fueron capturados en Ingeniero White mientras intentaban saquear casas, alegando que solo ayudaban a familiares damnificados. En otro operativo, cuatro personas fueron detenidas tras robar electrodomésticos de un autoservicio en la calle San Martín al 3600.
“Estos delitos son muchos de ocasión. Entonces, ante una situación de estas, se cometen más; por eso se agrava la pena también”, explicó el fiscal Fernández.
Ataques violentos y robos a comercios
Además de los saqueos, algunos vecinos han sido víctimas de ataques violentos dentro de sus propias casas. Estela Maris, una damnificada, contó a TN que un hombre ingresó a su domicilio pidiéndole comida y, ante su negativa, la golpeó y la arrastró por el suelo.
“Me agarró del cuello y me pegó. Mi vecino llegó y le conté lo ocurrido”, relató la mujer.
Otro caso impactante es el de Néstor y su esposa, quienes perdieron su vivienda y su taller mecánico en el barrio Pampa Central. Tras evacuar por la crecida del agua, al regresar encontraron su casa saqueada e incendiada. “No entendemos los motivos, nunca tuvimos problemas con nadie”, lamentó Néstor.
Los comercios también han sido blanco de la delincuencia. En Ingeniero White, delincuentes saquearon un supermercado y se llevaron carritos llenos de mercadería, además de la caja fuerte y una cortadora de fiambre. Curiosamente, mientras la góndola de agua quedó intacta, la de bebidas alcohólicas fue completamente arrasada.
“Me llamó la encargada del local llorando, diciendo que veía pasar gente con carros llenos de mercadería. Cuando llegué, encontré a cinco personas saqueando. Tuvimos un pequeño enfrentamiento y nos quedamos haciendo guardia hasta la noche”, contó Javier, propietario de la cadena de supermercados afectada.
Estafas bancarias con donaciones
La crisis humanitaria en Bahía Blanca también ha dado lugar a una ola de estafas. La Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI) advirtió sobre alias bancarios fraudulentos que intentan desviar transferencias destinadas a ayudar a los damnificados.
Los estafadores crean cuentas con nombres similares a los de organizaciones oficiales para engañar a los donantes y redirigir los fondos a cuentas personales.
Ante esta situación, el Ministerio Público Fiscal recomendó verificar cuidadosamente los datos bancarios antes de realizar donaciones y consultar canales oficiales para evitar fraudes.
El drama de una ciudad golpeada por la tragedia y la delincuencia
No es la primera vez que Bahía Blanca enfrenta problemas de inseguridad tras un desastre climático. En diciembre de 2023, un temporal con ráfagas de 140 km/h provocó la muerte de 16 personas, entre ellas 13 que perdieron la vida tras el derrumbe de una pared en el Club Bahiense del Norte.
Ahora, los vecinos no solo luchan por recuperarse del desastre natural, sino que deben proteger lo poco que les queda en medio de una creciente ola de robos y saqueos. El miedo los obliga a elegir entre su seguridad y la de sus hogares.
