La crisis global no ayuda al Vaticano: ya lleva tres años consecutivos de rojo en su balance. Sus principales gastos y fuentes de ingresos.No hace falta mucha imaginación para especular que las palabras del Papa Benedicto XVI fueron “Dio provvedera”, tras escuchar en boca del presidente de la Prefectura de los Asuntos Económicos, Velasio De Paolis, que la Santa Sede tuvo un rojo en sus cuentas de u$s 5.169.097 mientras que en el Estado de la Ciudad del Vaticano fue de u$s 9.934.085, es decir, unos u$s 15.000.000 en total.
El Vaticano comenzó a publicar los informes financieros anuales en 1981, cuando el Papa Juan Pablo II se dispuso a desafiar la percepción de que el estado Vaticano era rico. Son dos los déficit porque se distingue por un lado a la Santa Sede, que incluye los dicasterios –ministerios– y organismos anexos, como también las nunciaturas repartidas en el mundo, que son el equivalente a las embajadas de los países.
En total trabajan 2.762 personas. Y por el otro, distingue al Estado de la Ciudad del Vaticano, que es en donde se alza la basílica de San Pedro y se encuentran, entre otros, los Museos Vaticanos.
TERRITORIO PEQUEÑO
Con una superficie de apenas 44 hectáreas, inserta en la ciudad de Roma, es el estado independiente más pequeño del mundo, tanto por su número de habitantes como por la extensión de su territorio soberano. Y como cualquier ciudad, cuenta con farmacia, supermercado y los museos, entre otras actividades que generan entradas. Aquí trabajan 1.891 personas. Además, la Prefectura de los Asuntos Económicos administra el Fondo de Pensiones que al 31 de diciembre de 2009 pagaba las jubilaciones de 4.587 personas.
En un comunicado dado a conocer hace una semana por el Consejo de los Cardenales para el Estudio de los Problemas Organizativos y Económicos de la Santa Sede, las arcas vaticanas tuvieron durante 2009 entradas por u$s 318.093.259 pero salidas por u$s 323.262.356. Sin embargo, sobre las cuentas del Estado Vaticano se señaló que el déficit fue casi la mitad del sufrido en 2008.
Así es, tampoco la administración de la Iglesia Católica ha podido escapar a las sucesivas crisis económicas que, primero, tambalearon al mundo financiero y, ahora, pone al euro y a la Unión Europea al borde el precipicio. Es que este balance es el tercero consecutivo con déficit.
EGRESOS
La Santa Sede y el Estado Vaticano emplean a más de 4.600 empleados y pagan 4.587 jubilaciones.
VISITAS. El turismo es uno de los principales ingresos. Por la crisis europea hay menos visítas.
INGRESOS
Es lógico pensar que el Vaticano no puede mantenerse a merced de la actividad productiva de su propio territorio, que se limita a un estrecho abanico de posibilidades que van desde la venta de entradas a los museos hasta la comercialización de libros y objetos varios que rememoran en los turistas su paso por el territorio en donde San Pedro fundó la Iglesia Católica Apostólica Romana.
Por eso la mayoría de sus ingresos provienen de todo el mundo. Algunos son aportes que hacen los estados merced a los llamados Concordatos que son acuerdos de financiación y que tienen su raíz en la tradición católica de esas naciones. Otros son donaciones privadas realizadas por personas católicas y empresas con dueños y ejecutivos católicos.
Pero, tal vez, lo que más despierta la curiosidad son los ingresos que provienen de las empresas, escuelas, universidades y bancos que son propiedad de la Iglesia o en compañías en que la Iglesia tiene acciones, en su mayoría italianas. Asimismo, canaliza inversiones a través de diferentes entidades bancarias. Actualmente el brazo financiero de la Santa Sede es el Instituto para las Obras Religiosas (IOR), conocido popularmente como el Banco del Vaticano, y que actualmente está siendo investigado por la justicia italiana por presunto lavado de dinero.
Con este perfil de ingresos, queda en evidencia que cualquier estornudo económico en el mundo termine salpicando con sus “virus” y “bacterias” las cajas vaticanas. Por ejemplo, entre 1993 y 2000, la Santa Sede había cerrado sus balances económicos en positivo. Sin embargo, hechos como el ataque a las Torres Gemelas, los posteriores atentados en España e Inglaterra como la guerra en Irak y el conflicto entre israelíes y palestinos también han repercutido desde el 2001 en las cuentas.
Desde el lado de los gastos, hay que entender que mantener la infraestructura y tener en buenas condiciones las riquezas culturales que están allí –muchas de ellas patrimonio de la humanidad– tienen un costo alto.
En tanto, la caridad cristiana ha demostrado tener la capacidad de ponerle buena cara a los malos tiempos, y se comprueba en las donaciones anuales que realizan los fieles en las iglesias en todo el mundo y que son conocidas como el Óbolo de San Pedro. En 2009 se incrementaron en alrededor del 9% frente a 2008 para ubicarse en una cifra de u$s 82.529.417.
Las mayores contribuciones procedieron de los católicos de los Estados Unidos, Italia y Francia, y fue significativa las procedentes de Corea y Japón, debido al número de creyentes que profesan la fe católica en esos países.
Sin embargo, este dinero no se destina a cubrir el presupuesto vaticano, sino que se dedica a ayudas del Papa. Las ayudas han sido destinadas a paliar la situación de poblaciones flageladas por catástrofes naturales o por la violencia.
Fuente: Perfil. com/Fortunaweb.com