Debido al cupo de 600 pasajeros que pueden ingresar al país por día, muchos argentinos tomaron una alternativa de precio muy elevado, pero que permite volver a la Argentina prácticamente sin controles.
El Gobierno Nacional dictaminó semanas atrás el límite de cupo de ingresos al país en vuelos comerciales a modo de prevención y control a la entrada de nuevas cepas que generan la Covid.
En la actualidad, se permite el ingreso solo de 600 pasajeros por día al país, combinando todos los vuelos provenientes de las distintas partes del mundo. El cupo se extendería próximamente a 780 pasajeros y luego a 900. En contraste, no hay limitación para salir del país.
Sin embargo, esta limitación generó que miles de argentinos hayan quedado sin la posibilidad de volver al país en la fecha que tenían estipulada, quedando varados en el exterior.
Además de las protestas para eliminar esta limitación, algunas personas tomaron medidas alternativas para regresar al país.
“Esto ha sido un gran negocio para los vuelos privados. Han podido captar a los pasajeros que están dando vueltas en los aeropuertos, especialmente el de Miami que es donde la gente se ha ido a poner la vacuna, y por US$5.000 dólares los traen”, confirmó Guillermo Schneider a El Comodorense Radio.
El Presidente de la Asociación Patagónica de Agencias de Viajes y Turismo narró que “tengo clientes que han salido, los he tenido varados en el exterior, y al hacer toda una serie de juegos” han podido volver.
Son los mismos pilotos de las compañías aéreas quienes venden los lugares, que al ser privados “no tienen límites, son como si vos anduvieras en tu auto” describe el empresario de turismo.
Otra alternativa, más barata pero aún lejos de las expectativas de la mayoría de los argentinos, es pagar un vuelo comercial común hacia Asunción en Paraguay o Montevideo en Uruguay, y de allí tomar un vuelo privado que los transporta hacia la Argentina por US$1.500 dólares.
“Los vuelos aerocomerciales si tienen cupos, los privados no. Me preocupa saber cómo se legisla para poner esos cupos”, terminó definiendo Schneider.