Un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud da cuenta en detalle de cómo actúa cada vacuna frente a las variantes de preocupación. Especialistas sostuvieron que Delta es la más combativa por su carga viral. Tener el esquema de vacunación completo, recomiendan, sigue siendo el mejor escenario ante la infección y hospitalización. Los detalles.
Vacunas y variantes. La pandemia de coronavirus, que ya lleva más de un año y medio en el planeta, va cambiando de forma. Así como en diciembre del 2019 el prólogo del COVID-19 remitía a un extraño virus y una ciudad china llamada Wuhan, hoy el escenario se plantea a nivel global y con millones de contagios, en medio de una multiplicidad de variantes que amenazan con virulencias no del todo conocidas. La creación de vacunas de emergencia, una cruzada a contra reloj que -esta comprobado- da una pelea efectiva al virus cuando se finaliza con el esquema completo de inyecciones, es la foto acabada de la carrera que la ciencia lleva adelante para salvar a la población mundial.
Todos los virus ―incluido el SARS-CoV-2, que causa la COVID-19― evolucionan con el tiempo. Los virus hacen copias de sí mismos en un proceso denominado “replicación” en el cual pueden generarse copias con pequeños cambios, lo cual es algo habitual en los virus. Estos cambios se denominan “mutaciones”. Un virus que ha sufrido una o varias mutaciones se considera una “variante” del virus original, según la definición de la OMS.
A fin de mayo pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó un nuevo sistema de denominación para las variantes de interés del coronavirus y las variantes de preocupación. Cada variante recibió un nombre del alfabeto griego. Lo hizo para eliminar parte del estigma de la aparición de nuevas variantes asociados a ciudades y países que hasta el momento se había realizado.
Con el nuevo sistema, la variante que había sido notificada por primera vez en Kent, Inglaterra, pasó a llamarse Alfa. En tanto, la variante originaria de Sudáfrica se denominó Beta. La variante brasileña -conocida como la de Manaos- es Gamma y la variante notificada por primera vez en la India es Delta, hoy, una de las que más preocupa y presente en 124 países. Estas cuatro variantes son las que están hoy consideradas como variantes de preocupación.
Ahora bien, cada una de estas variantes presenta características diferentes.Todas ellas son consideradas de preocupación según la OMS por el aumento de la transmisibilidad o cambio perjudicial en la epidemiología de la COVID-19; por el aumento de la virulencia o cambio en la presentación clínica de la enfermedad; o por la disminución de la eficacia de las medidas sociales y de salud pública o de los medios de diagnóstico, las vacunas y los tratamientos disponibles.
Recientemente, la OMS elaboró un informe de tazas de incidencias donde, además de actualizar en qué países se detecta cada variante -la Alfa en 180 países, la Beta en 130, la Gamma en 78 y la Delta en 124-, se da cuenta de la relación entre las distintas vacunas y las variantes.
Aparecen así dos estudios en donde se evaluaron dos dosis de Moderna o de Pfizer y se vió que que hay un 92,8 por ciento de eficacia en prevenir la hospitalización de la variante Alfa, siempre considerando luego de los 14 días de recibir la segunda dosis. También se vio, para todas las variantes, que la efectividad de las dos dosis de ambas vacunas fue del 86 por ciento.
En otro estudio con Moderna, la OMS muestra en este informe qué es lo que sucede con la infección severa debido a las variantes Alfa y Beta después de 14 días de haber recibido la segunda dosis. En este caso la efectividad fue al rededor del 96 por ciento. En cambio, si se daba una sola dosis, bajaba al 88 por ciento para la Alfa y 68 para la Beta.
“La tabla muestra que la variante Delta es la variante más preocupante porque es la que tiene menor respuesta a la vacunación de manera general, ya sea con una u otra vacuna. Por supuesto, es imprescindible en este momento tener a la población vacunada con dos dosis con la vacuna que sea. Esto muestra una efectividad bastante importante, hasta el momento es la única evidencia, desde el punto de vista científico para hacer frente a la variante Delta y que no cause estragos en la población”, explicó a Infobae Jorge Levalle, médico Infectólogo del hospital Pirovano y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología.
En cuanto al informe de la OMS, el infectólogo analizó: “Se vio un trabajo muy interesante que da cuenta de que la carga viral de los pacientes infectados por la cepa Delta en estadios tempranos, fue prácticamente 1200 veces más altas que para las variantes no preocupantes. Lo que sugiere que la multiplicación en las etapas iniciales de la variante Delta es muy importante. También con respecto a la variante Delta se evidencia un aumento en la virulencia, lo cual impacta con el hecho de que hay una mayor número de hospitalizaciones y muertes, y fundamentalmente, desde el punto de vista bioquímico, hay una disminución en los títulos de los anticuerpos neutralzantes en los individuos infectados por la variante Delta. En Argentina tiene una vulnerabilidad alta porque tiene solamente al rededor del 13 por ciento de población vacunada con las dos dosis, lo cual nos pone en una situación de exposición y vulnerabilidad importante”.
Mirna Biglione, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida UBA- CONICET y médica alergista de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC), analizó a Infobae: “En cuanto al COVID severo, Moderna y Pfizer mantienen la protección para Alpha, Beta y Delta mientras que AstraZeneca protege para Alpha y Delta. Y en un estudio reciente se reportó también eficacia de esta vacuna para la variante Beta del 82%. Según el reporte de la OMS falta evidencia para Gamma con estas vacunas aunque describe una leve disminución de eficacia de Sinovac. Cuando hablamos de COVID-19 con síntomas, Moderna, Pfizer y AstraZeneca mantienen la protección ante Alpha, pero disminuye levemente la eficacia de Pfizer para Delta y algo más para AstraZeneca. Y al hablar deInfección, AstraZeneca reduce levemente su eficacia ante Alpha mientras que Pfizer lo hace con Beta. Ambas reducen un 30% ante la variante Delta.
La especialista sostiene que hay que aclarar que esta reducción de la eficacia de las vacunas, no significa necesariamente que no proteja contra COVID severo. “Dependerá del porcentaje de eficacia perdido, de las comorbilidades que presente el paciente o el estado de inmunidad, que esté o no inmunosuprimido como, por ejemplo, personas trasplantadas o bajo quimioterapia. Es importante señalar que los estudios pueden variar en cuanto a la población, diseño del estudio, metodología, etc. Diferencias que podrían explicar en parte, las diferencias al comparar estimaciones de eficacia”, dijo Biglione.
Y agregó: “Para comprender mejor, para una vacuna a ARNm (Pfizer, Moderna) con una eficacia de 95%, una reducción de 10 puntos porcentuales para proteger de enfermedad sintomática aún significaría que posee una alta efectividad, de 85%; por lo tanto, dicha reducción en la eficacia aún puede significar una buena protección”.
Biglione sostuvo en relación a Delta y la tabla de la OMS: “Si bien la variante Delta protege contra COVID severo, ésta podría causar una disminución para prevenir la infección (en consecuencia, la transmisión) y la enfermedad sintomática. Recientemente, el Ministerio de Israel comunicó que la eficiencia para evitar la infección (contagio) por la vacuna Pfizer disminuyó a 33% (aunque no se redujo para enfermedad severa en las personas vacunadas con dos dosis recientemente y solo a 86% para los vacunados en enero. Datos similares se reportaron para AstraZeneca en Reino Unido donde más de la mitad de la población ya ha sido vacunada completamente, y la protección de las vacunas ha logrado disminuir la tasa de mortalidad significativamente.
En coincidencia con Levalle, Miglione expresó que un mayor contagio en personas aún no vacunadas o con esquemas incompletos podría representar un mayor riesgo de hospitalización. “Aunque la variante Delta no cause mayor severidad, nuevamente, países con una gran parte de la comunidad vacunada con dos dosis, están viviendo su impacto por la alta propagación del virus. La evidencia vuelve a demostrar la importancia de las vacunas y la necesidad nuevamente, ahora ante el acecho de una tercera ola, acelerar los programas de vacunación”.
En Argentina, aún la variante Delta no es de circulación comunitaria, algo que ya sucede en Brasil desde hace unos días. El Ministerio de Salud informó que a la fecha se han identificado un total de 29 personas con esta variante y que uno de los casos corresponde a un caso con nexo epidemiológico con uno de los viajeros. “Lo que se detecta representa una parte de lo que no se ve. Entonces la situación es crítica. Una sola dosis para las vacunas que requieren dos, no es suficiente. No llegar a tiempo podría implicar, como ya hemos vivido con la segunda ola causada por la variante Gamma, una alta demanda para el sistema de salud, volver a etapas de mayores restricciones y un revés para la economía de nuestro país entre otros impactos”, apuntó Biglione.
AstraZeneca y Pfizer contra la variante delta
Estudios del mundo real determinaron los porcentajes de protección contra la infección sintomática y posible hospitalización que brinda una y dos dosis de los inoculantes del laboratorio británico asociado con Oxford y de la opción de ARN mensajero de la compañía farmacéutica norteamericana y su socia BioNTech frente a la mutación surgida en India
¿Qué resultados recopilaron Pfizer BioNTech y AstraZeneca Oxford? En el caso de la compañía farmacéutica norteamericana, que en alianza con la empresa de biotecnología alemana BioNTech desarrollaron la primera vacuna de ARN mensajero en ser aplicada en los brazos de millones de personas por primera vez en la historia de la ciencia, desde Pfizer reiteraron que su formulación funciona contra la mutación Delta e incluso agregaron que planean estudiar una fórmula pensada y dirigida contra esta variación del SARS-CoV-2. Informaron que lanzarán ensayos clínicos en agosto.
Según estudiaron en el Reino Unido, donde Delta ya es la dominante y más de la mitad de la población ya ha sido vacunada completamente, la actual tasa de mortalidad cercana al 0,085% es hasta 20 veces menor que al comienzo de en el apogeo del brote. Así lo advirtió Meaghan Kall, epidemióloga del Public Health England (PHE).
Qué sucede en relación a la prevención de la infección y por lo tanto transmisión y propagación. Con una aplicación de la vacuna de Pfizer BioNTech es probable que se esté protegido contra la infección sintomática de esta variante. Diversos estudios muestran que en Canadá se logró un 56% de protección; ensayos en Escocia mostraron un 33% de inmunidad y pruebas similares en Inglaterra, también un 33%.
También con una dosis de esta vacuna es probable que se esté protegido contra la hospitalización frente a la variante Delta. Así lo muestra la eficacia registrada en estudios realizados en Inglaterra que mostraron un 94% de protección y un 78% en ensayos llevados adelante en Canadá, 78%. Con el esquema completo de la vacuna de ARN mensajero que consta de dos inyecciones cada 21 días, es probable que se esté protegido contra la infección asintomática de la variante Delta. En este caso con dos dosis, la eficacia registrada en estudios hechos en Inglaterra se llegó a un 88% de cobertura, en Canadá 87%, en Escocia 83% y en Israel 63%. Frente a la hospitalización en pacientes con la variante Delta vacunados con Pfizer, la eficacia registrada en estudios fue del 96% en Inglaterra y 93% en Israel 93%.
Similar son los resultados arrojados por AstraZeneca, inoculante aplicado masivamente por la Argentina contra el COVID-19. Esta vacuna consta de dos dosis aplicadas en personas mayores de 18 años y su segunda aplicación se indica de 28 a 84 días después de la primera. Su eficacia general ronda el 76% en ensayos clínicos en los Estados Unidos.
Frente a la variante Delta, una dosis de la vacuna de Oxford AstraZeneca es probable que genere una protección contra la infección sintomática de la variante Delta, con una eficacia informada en estudios del 67% en Canadá y 33% en Escocia e Inglaterra. En cuanto al riesgo de hospitalización, se registró una eficacia informada en estudios del 88 % en Canadá y 71% en Inglaterra.
Con el esquema completo, AstraZeneca Oxford es probable que genere protección contra la infección sintomática de la variante Delta, con una eficacia informada en estudios del 61% en Escocia y 60% en Inglaterra. Por último, con las dos inoculaciones y en relación al riesgo de hospitalización, la compañía farmacéutica informó que registró un 92% de cobertura en Inglaterra.
Con respecto a Sputnik, Gamaleya informó que la vacuna es 2,6 veces menos eficaz contra la variante Delta. Según una publicación de la agencia rusa de noticias TASS, la actividad de la formulación “está ligeramente por debajo” en relación con las otras mutaciones del coronavirus.
La noticia fue dada a conocer hace unas semanas por el subdirector del Centro Gamaleya, Denis Logunov, y generó incertidumbre, pese a que el funcionario aclaró que “la disminución no fue muy significativa”. “Vemos que la actividad de los sueros está ligeramente por debajo en relación con la cepa delta. La efectividad del Sputnik V es más baja en un factor de 2.6”, dijo Logunov en una conferencia de prensa, en la que señaló además que la eficacia del resto de las vacunas disponibles era menor “en un factor de 3 a 5 veces”.
“Esto es algo que se sabía: que la vacuna tiene menor efectividad para la variante delta, al igual que la de Pfizer, pero la diferencia es que en la producida por Pfizer se habla de que su eficacia con dos dosis es de 89% frente al 95/97% que tiene con las otras variantes”. Ante la consulta de Infobae, el médico infectólogo Eduardo López (MN 37586) destacó hace unos días que “todas las vacunas bajan un poco su eficacia con la variante delta pero da la sensación de que en el largo plazo si se vacuna de manera intensa a la comunidad con dos dosis el impacto es mucho menor”.
El poder de la vacuna Sputnik V es más bajo contra la variante Gamma. Así lo informaron científicos argentinos del consorcio Proyecto PAIS quienes comprobaron que en laboratorio los anticuerpos neutralizantes disminuyen hasta tres veces en relación a la respuesta con otras variantes. Afirmaron que es la misma respuesta obtenida en estudios internacionales con las vacunas de AstraZeneca o Pfizer.
“Lo que se observó es que tanto con una dosis como con dos los sueros de las personas inmunizadas con Sputnik V mantenían el nivel de anticuerpos neutralizantes contra Alpha y Lambda igual que contra la cepa de referencia de 2020; lo mismo sucedió con los sueros de convalecientes. Pero en el caso de la variante Gamma, los anticuerpos neutralizantes disminuyen tres veces en relación a la respuesta frente a la cepa de referencia que se utilizó de 2020 lo cual si bien es significativo no es dramático”, explicó a Télam el virólogo e integrante de Proyecto País Humberto Debat.
Johnson & Johnson
La vacuna contra el COVID-19 de Johnson & Johnson/Janssen se desarrolló el año pasado y ya está autorizada para uso de emergencia con la aplicación de una sola dosis. Antes de ser autorizada, había demostrado que daba una efectividad del 66,3 % en ensayos clínicos en la prevención de casos confirmados en laboratorio en personas que recibieron la vacuna y que no habían tenido la infección previamente. También los ensayos clínicos señalaron que tuvo un alto nivel de eficacia para prevenir la hospitalización y la muerte. Pero aparecieron las variantes Delta y Lambda del coronavirus, y un nuevo estudio científico -que está a la espera de revisión- señala que la vacuna de Johnson & Johnson puede ser un poco menos efectiva si una persona ya inmunizada se ve expuesta a la infección por Delta o Lambda en comparación con el virus original que dio lugar a la pandemia en diciembre de 2019
Si bien los resultados del estudio que está disponible en Internet puede ser preocupantes, especialmente para los que recibieron esa vacuna, el modo en que se hizo puede ser una limitación para tener una evidencia sólida. Fue realizado por científicos de la Escuela de Medicina Grossman, en Nueva York, Estados Unidos: hicieron experimentos con muestras de sangre en un laboratorio, y pueden no reflejar el rendimiento de la vacuna en el mundo real.
El 10 de julio pasado, la empresa Johnson & Johnson había comunicado resultados exitosos de dos estudios que realizó -aunque tampoco pasaron aún la revisión de pares- que señalaban que su vacuna de una sola dosis contra el COVID-19 sí seguía dando una protección alta contra la variante Delta del coronavirus, incluso 8 meses después de la aplicación.