Vaca Muerta y el boom inmobiliario: petróleo y ladrillos, unidos para desterrar a la fruta

En Vaca Muerta, las expectativas inmobiliarias crecen a la par de la industria petrolera. El sector avanza a tal ritmo que ya se cuentan fácil las últimas chacras, en una zona que supo ser bastión…

miércoles 13/06/2018 - 16:44
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En Vaca Muerta, las expectativas inmobiliarias crecen a la par de la industria petrolera. El sector avanza a tal ritmo que ya se cuentan fácil las últimas chacras, en una zona que supo ser bastión de las peras y manzanas en la década del 70. Un artículo de Urgente 24.

Desde distintos puntos del país llegan argentinos para instalarse en Neuquén atraídos por las promesas que genera Vaca Muerta. Tanto es así que la zona de Añelo espera para 2030 elevar su pequeña población de 6.000 habitantes a 30.000. En ese marco, las expectativas inmobiliarias crecen a la par de la industria petrolera sobre gran parte de esa zona neuquina que en la década del 70 supo ser bastión de las peras y manzanas.

«El avance de los loteos dejó sólo 250 hectáreas para plantaciones», sostiene esta mañana el diario ‘La Mañana de Neuquén’. «Si bien la capital nunca desarrolló plenamente la actividad, es cierto que décadas atrás había una gran cantidad de chacras que se dedicaban a la fruticultura. El crecimiento desmedido, producido en parte por los miles de familias que llegaron a la provincia en busca del sueño petrolero (en forma reciente), se las comió, y donde antes había peras y manzanas ahora hay tiras de viviendas».

Un año antes, el empresario Damián Lopo, director de Crowdium, la empresa de crowdfunding inmobiliario que tiene en su cartera de inversiones a Altos de Añelo 1, uno de los cuatro edificios terminados que conforman el proyecto, y cuya compañía invirtió $ 20 millones en la edificación que cuenta con 15 unidades, decía al diario ‘La Nación’: «Es uno de los primeros desarrollos terminados en la localidad». «Fue tanta la demanda que planeamos el lanzamiento de Altos de Añelo 2, otro de los edificios terminados», agrega.

Las perspectivas de la zona anticipaban un futuro auspicioso: «En los negocios financieros al igual que en el mercado inmobiliario, si el inversor quiere un buen upside de su inversión tiene que comprar con el rumor y vender con la noticia, como dice el dicho», afirma Lopo y profundiza: «Hoy el petróleo se encuentra en el mínimo histórico, lo cual presupone una menor demanda, y nos permitió negociar mejores condiciones de compra. Paralelamente y para mitigar el riesgo, mientras el mercado del petróleo se reacomoda, logramos negociar un contrato de alquiler por dos años a US$ 25/m2, un precio superior a lo que se paga en Puerto Madero por algunas oficinas». Es decir, quien participa del crownfunding ingresa al negocio con renta desde el comienzo porque las unidades ya están colocadas. Además para que el inversor no afronte los riesgos constructivos, la estrategia de Lopo fue comprar un complejo de departamentos, terminados, y amoblados. «Hay demanda de viviendas tanto para operarios como para ejecutivos por la cantidad de empresas instaladas», agrega.

El directivo anticipaba entonces que para los próximos dos años los valores en torno al petróleo iban a fluctuar: «En el momento en que veamos que el precio levanta y la demanda crezca, podemos pensar en vender en un valor superior al actual, motivo por el cual creemos que es altamente probable que hagamos un gran negocio en la salida, también», afirmó.

Un visionario al lado de los técnicos del gobierno que desregularon el mercado de combustibles creyendo que el precio del petróleo no subiría y en cambio, amenaza ahora con tocar cómodo los US$80 el barril.

Los ecologistas no son ni fueron tan optimistas ante el avance petrolero y del sector inmobiliario. «Frenamos la ruta del petróleo porque significaba el avance del modelo extractivista por sobre el productivo. Acá lo que pasa es que las chacras se están entregando al mundo petrolero», se quejó Marcela Escobar, integrante de la Asamblea Socioambiental de Centenario, Vista Alegre y San Patricio del Chañar al medio neuquino.

Es común ya ver que las inmobiliarias compran chacras que tienen dificultades para sostenerse, y esperan la ocasión para poder lotearlas, a pesar de las restricciones.

Mientras se hacen enormes loteos, se levantan también emprendimientos como los shoppings. En efecto, en medio de la compleja convivencia entre el mundo agrario y el boom inmobiliario, tiene ya su primer shopping de Vaca Muerta, ubicado en un predio de nueve hectáreas.

El centro comercial comprende un área de 16.000 metros cuadrados, compuesto de seis naves con locales de 50, 100, 200 y 300 metros cuadrados cada uno conformado en una herradura alrededor de una playa de estacionamiento para 240 vehículos, según el sitio ‘Vaca Muerta News’.

El nuevo shopping de Añelo está incluido en un emprendimiento desarrollado por la firma local Ingeniería Sima, que desde hace años decidió apostar al desarrollo en la localidad de 6000 habitantes.

Ingeniería Sima es una petrolera local que se metió en el negocio inmobiliario, propiedad de la familia Manfio, adquirió el lote en 2011, antes del boom del shale, a cambio de urbanizar la meseta de Añelo, donde están ubicadas las cinco construcciones, actualmente de alto valor inmobiliario.

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