Vaca Muerta: un fuerte ajuste llega a «nuestra salvación»

Un análisis de Urgente 24 sobre Vaca Muerta, Tecpetrol y los subsidios a los hidrocarburos no convencionales. En lo que fue su segunda visita a Vaca Muerta, principal desarrollo hidrocarburífero del país, como presidente, Mauricio…

martes 11/09/2018 - 16:17
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Un análisis de Urgente 24 sobre Vaca Muerta, Tecpetrol y los subsidios a los hidrocarburos no convencionales.

En lo que fue su segunda visita a Vaca Muerta, principal desarrollo hidrocarburífero del país, como presidente, Mauricio Macri visitó Fortín de Piedra, el yacimiento de la petrolera Tecpetrol, del grupo Techint. Fue una visita relámpago pero muy significativa, sobre todo, por el momento en que se dio: en pleno tsunami de empresarios y exfuncionarios arrepentidos en la causa de los cuadernos de las coimas.

Macri brindó un discurso frente a los empresarios involucrados en el escándalo, justamente como Paolo Rocca, presidente del Grupo Techint. «Vaca Muerta es una revolución positiva y energética para la Argentina», expresó Macri, y remarcó que Vaca Muerta «se sigue desarrollando» pese a las «tormentas» económicas que enfrenta el país.

«Seguimos enfrentando problemas propios y del mundo y esto se sigue desarrollando. Y no vamos a parar hasta que exportemos 30 mil millones de dólares en gas y petróleo», afirmó. «Pensar que hace dos años estábamos al bordo del colapso energético. Cambiamos las reglas y aspiramos no solo abastecer a Chile sino al mundo», agregó.

Además de Macri y Rocca participaron del encuentro los ministros Javier Iguacel y Dante Sica, y también estuvieron presentes los integrantes de la mesa de competitividad que integran el resto de las empresas petroleras que invierten en Vaca Muerta.

Dos semanas más tarde, se dispone sin embargo a aplicar un «fuerte ajuste». El dilema puede ser sencillo: ¿Cómo explicar sino a la sociedad que la caja pública hace un esfuerzo para que las ricas petroleras inviertan? Ellos, sobre todo, cuando algunos no tan optimistas como el diputado Martín Lousteau advierte que «no deberíamos atarnos a la explotación de recursos naturales» y que «sería un error pensar que Vaca Muerta es la salvación».

El radical Jorge Lapeña lo advierte cuando puede: «no se puede desarrollar Vaca Muerta a puro subsidio».

Como sea, en el actual marco de ajuste de las cuentas públicas para cumplir con la meta de déficit cero prometida al Fondo Monetario Internacinal (FMI), el gobierno nacional buscará achicar los subsidios las empresas productoras de gas reciben por invertir en Vaca Muerta.

Según el sitio ‘EcoJournal’, en las próximas horas, funcionarios del Ministerio de Hacienda convacarán a las compañías petroleras a renegociar el programa de estímulo a la producción de yacimientos no convencionales de gas establecido durante la gestión de Juan José Aranguren.

Esa iniciativa estableció un esquema que funciona como un seguro de precios. Las empresas beneficiarias perciben un subsidio directo que cubre la diferencia entre el importe promedio del mercado y un precio estímulo fijado de forma discrecional por el Estado.

Eso les garantiza a los privados un ingreso competitivo al margen de las oscilaciones del mercado. En 2018, el precio de incentivo asciende a US$7,50 por millón de BTU. La normativa establece que el premio decrezca con el paso del tiempo: caerá a US$7 dólares en 2019; a US$6,50 en 2020 y a US$6 en 2021. Aranguren había establecido un sendero incremental de precios del gas en boca de pozo que, a fines de 2019, convergería con el precio de importación del fluido (en la banda de lo que cuesta al gas de Bolivia y el LNG).

Ese esquema preveía que en octubre del año que viene el precio que paga el mercado ascendería hasta los US$6,33, según la última presentación realizada por el expresidente de Shell antes de dejar el cargo. Pero eso no sucederá. En lugar de aumentar, como preveía ex presidente de Shell, el precio del gas caerá el año que viene con relación a 2018.

Eso provocará un salto muy significativo de los subsidios que reciben las petroleras que operan en Vaca Muerta. El impacto fiscal para el gobierno es enorme: Aranguren había presupuestado que la implementación de la resolución 46 de Energía costaría poco más de US$600 millones en 2018. Y que, en 2019, los subsidios caerían hasta los US$400 millones.

La realidad es completamente distinta: de no mediar una renegociación, el costo del programa casi se triplicará el año que viene por encima de los US$1.100 millones. «Como el precio del gas disminuirá, tal vez, por debajo de los US$4, habrá que subsidiar una diferencia de US$3 (hasta llegar a 7 dólares, el precio establecido en el plan). No hay dinero para bancar esa diferencia», reconoció un funcionario del área económica del gobierno.

Hoy el sendero de precios crecientes de gas ya no tiene validez, admite el nuevo titular del área energética, Javier Iguacel. Por el contrario, su apuesta es reducir de forma disruptiva el precio que cobran las petroleras. Iguacel defiende que el incremento de la producción de gas registrada en el último año permite reducir el importe de venta del fluido, con el consecuente beneficio para los consumidores (hogares, comercios e industrias) que evitarán saltos mayores en las facturas de gas.

En esa clave, el secretario de Energía festejó la semana pasada la baja del precio del gas que paga Cammesa, la compañía que administra el mercado eléctrico mayorista (MEM), para generar energía. La apuesta de Iguacel es que el precio promedio del gas en 2019 ronde los US$4 por millón de BTU. Aranguren, en cambio, lo imaginaba en torno a los 6 dólares por millón de BTU.

Por eso, la intención del Ejecutivo es iniciar una ronda de negociaciones con las petroleras beneficiadas para intentar bajar el costo de los subsidios al gas de Vaca Muerta. La crisis obliga a ajustar todas las cuentas públicas y la actividad petrolera no puede estar exenta de esa tendencia, razonan en Hacienda. «Tenemos que explicar, en el marco de un entendimiento consensuado, que en este escenario no es factible seguir pagando subsidios equivalentes al 80% del precio de mercado de gas», explicaron a ‘EconoJournal’ las fuentes consultadas.

No se pretende, en ningún caso, incumplir unilateralmente los contratos firmados bajo el paraguas de la resolución 46. Sino buscar una readecuación negociada de esos documentos que puede contemplar desde un cambio en la metodología de cálculo del subsidio hasta una reducción de la producción de gas alcanzada por las subvenciones económicas.

Si bien la resolución 46 beneficia a la mayoría de los grandes productores de gas de la Argentina, no lo hace en forma pareja para todos. Hasta el momento se aprobaron ocho proyectos operados por Tecpetrol, el brazo petrolero de Techint; YPF, el mayor jugador del mercado, Pan American Energy (PAE), la francesa Total y CGC, la petrolera de Corporación América, el holding de Eduardo Eurnekian.

La operatoria del programa quedó trunca en abril, cuando se desató la crisis cambiaria y se interrumpió la aprobación de nuevos proyectos.

De los 20 proyectos que preveía aprobar Aranguren —ya fueron presentados y están en proceso administrativo de evaluación— se autorizó menos de la mitad. Y la recomendación de Hacienda es no avalar ninguno más de lo que está a la espera.

Como el proceso de aprobación de proyectos quedó inconcluso, hoy la petrolera que más subvenciones recibe es Tecpetrol. La empresa del holding que preside Paolo Rocca explota el campo Fortín de Piedra en Vaca Muerta. No existen antecedentes de un desarrollo tan agresivo y de tanta complejidad en tan poco tiempo.

Hasta hace dos años, el área producía menos de 500.000 metros cúbicos diarios (m3/día) de gas. Hoy aporta más de 11 MMm3/día de gas. En agosto se convirtió, de hecho, en el mayor campo de gas del país, desbancando a Carina-Aries, el desarrollo offshore de Total en Tierra del Fuego, y a un histórico campo convencional como Loma La Lata, de YPF. En agosto, Macri recorrió las instalaciones del área junto con Rocca.

Tecpetrol, que lleva invertidos más de US$1.000 millones en el campo, quiere alcanzar un plateau de producción de 17 MMm3/día de gas en mayo de 2019. De concretar esa meta, la petrolera de Techint pasaría a cobrar cerca de US$650 millones en 2019. Unos US$55 millones al mes si se proyecta que el precio del gas rondará los US$4 por millón de BTU, según cálculos del Ejecutivo.

Este año cobrará cerca de US$350 millones. Habrá que ver qué decisión toma la empresa de Techint si la nueva propuesta de Hacienda para renegociar el esquema de subsidios no cumple con sus aspiraciones. Desde la empresa optaron por no realizar comentarios…

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