Las declaraciones de Alberto Fernández, desde España, en las que se refirió al petróleo y a las multinacionales sirvieron de alimento para los argumentos que suele utilizar el oficialismo al acusar de “anti-mercado” al kirchnerismo. En Vaca Muerta la batalla discursiva tuvo réplicas pero quedó en un segundo plano por los problemas que enfrenta con el impacto que generó el congelamiento de los combustibles.
“No tiene sentido tener petróleo si para extraerlo hay que dejar que las multinacionales vengan y se lo lleven”, dijo Fernández y agregó que “no tengo problemas con las multinacionales, pero mi principal preocupación es generar riquezas para la Argentina y los argentinos”. Desde su entorno se esforzaron para asegurar que la frase fue sacada de contexto porque refería a generar condiciones para pasar de las exportaciones primarias a las de servicios.
Los esfuerzos fueron inútiles. Fue en la misma semana en la que el dirigente social Juan Grabois, simpatizante del kirchnerismo, reflotó fantasmas al hablar de una reforma agraria.
El ex ministro de Energía y actual consultor privado, Juan José Aranguren, fue uno de los que salió al cruce y dijo que los dichos le remitían a “Venezuela”. En Neuquén el intendente capitalino y candidato a senador por Cambiemos, Horacio Quiroga, aseguró que es un “certificado de defunción para Vaca Muerta”.
Otros fueron más allá y aseguraron que se desde la nacionalización de YPF que no se escuchaba “semejante disparate”.
En Neuquén, superficie del 80% de Vaca Muerta, las señales suelen tomarse con pinzas.
Días atrás el senador y titular del sindicato Petroleros Privados, Guillermo Pereyra, confirmó –según publica Diario Río Negro– que acompañará la fórmula Fernández-Fernández “por mandato del cuerpo de delegados”. Nada hace pensar que esa decisión vaya a revisarse. Tiene, al menos, dos motivos: sumarse a los buenos resultados electorales que mostró el Frente de Todos y porque entiende que el cambio de gobierno no afectará los desarrollos en los no convencionales.
Además, la industria atraviesa momentos muy delicados por la medida adoptada por el Gobierno Nacional para congelar los combustibles por 90 días. La presión sobre las pequeñas y medianas firmas, por la pesificación de contratos que comenzaron a realizar las operadoras, pone en jaque no solo la rentabilidad sino los puestos de empleo.
El intendente y candidato a senador Horacio Quiroga fustigó a Fernández y se preguntó sí Pereyra mantendrá la decisión de acompañar la boleta de Todos.
Pese a que se aplicaron modificaciones al DNU que congeló el precio del barril de petróleo y creo un tipo de cambio paralelo para la industria, el efecto de la medida intempestiva y el inicio de una transición política pusieron casi en modo pausa a los desarrollos. A ello se suma la medida de control de cambios que implementó Nación para contener el tipo de cambio.
El temor es que la paralización se extienda más allá del día 91, cuando se liberarían el mercado de los combustibles.
YPF y las inversiones
Nadie en la industria ni en la política cree seriamente que Vaca Muerta, que es un proyecto netamente exportador, se desarrollará sin capitales ni tecnología extranjera. Sin embargo, resulta llamativo lo que ocurrió desde el nacimiento de los desarrollos no convencionales en el país porque fue YPF la principal fuente de inversiones.
La petrolera nacionalizada lleva invertidos, junto a sus socias en los últimos seis años, más de 15 mil millones de dólares en Vaca Muerta. Actualmente representa más de la mitad de los desembolsos en la formación no convencional.
Aún cuando el actual gobierno creó condiciones óptimas para el mercado, la llegada de dólares no varió significativamente y, por el contrario, se mantiene estable desde 2013. Esto habla de dos cosas: que el sector está atado a los vaivenes internacionales y que las coyunturas políticas no parecen tan determinantes para las empresas multinacionales.