En las redes sociales, un usuario señaló: «¿Por qué un funcionario público debe decirme qué servicio elegir? Nosotros somos quienes decidimos, y si optamos por Uber es por algo«. En el mismo hilo, una usuaria compartió: «Muchas veces recurrí a los taxis/remises, nunca tenían disponibilidad, siempre me hacían esperar e incluso hubo ocasiones en las que dijeron que tocaron bocina y no salí nadie, estando yo afuera de mi casa esperando, ahora uso Uber».
Por otro lado, los conductores de Uber han mencionado que una amplia variedad de personas utiliza la aplicación de forma regular. Han transportado y continúan transportando a personal político, policial, de salud e incluso a agentes de tránsito con frecuencia.
La polémica sigue en debate y el descontento de los taxistas y remiseros pone de manifiesto su incapacidad para adaptarse a las nuevas dinámicas de uso por parte de los usuarios. Además, se destaca la falta de asesoramiento en este ámbito y la realidad que enfrentan al tener que entregar entre el 60% y 80% de sus ganancias a los propietarios de las unidades.
Sin mencionar que cuando han tomado medidas de fuerza en las que buscan dejar sin de medios de transporte a la población, como fue el caso de la ultima vez, en la que no dejaron salir de la terminal a los colectivos, es así que frente a esta situación, las únicas alternativas que encuentran las personas son recurrir a aplicaciones en sus teléfonos para llegar a sus destinos, ya sea trabajo, educación u otros, de manera puntual y eficiente.
Esta discusión refleja la creciente preferencia de los usuarios por servicios más flexibles y adaptados a sus necesidades, generando un desafío para el tradicional sistema de taxis y remises en la ciudad.