Al momento de subir al auto estaba desnutrida, pero su vida cambió para siempre. A partir de ahí, pasó a llamarse River.
Un perrita callejera vio un auto con la puerta abierta y no dudó en subirse para encontrar un refugio. Lo hizo en el auto correcto, porque era conducido por Bill Shaver, un estadounidense que estaba en su día de pesca.
En medio de su viaje por un pueblo del país norteamericano, Bill paró para descansar y estirar las piernas. Sabía que se iba a tomar su tiempo, por eso dejó una de las puertas del auto abiertas. Cuando regresó vio que en el asiento del pasajero había una perrita callejera desesperada y asustada.
Ni el miedo la detuvo para subir al auto, ya que su situación era urgente: estaba desnutrida, llevaba mucho tiempo abandonada ahí. Bill le dio un poco del alimento que tenía a mano, y la perrita no se iba a bajar más de su vehículo.
Justamente, Bill y su esposa ayudan a animales sin hogar y necesitados, por lo cual sabían cómo reaccionar ante una situación de estas características. Fue así que la perrita pasó a llamarse River (río en inglés), por el lugar donde fue encontrada.
Cuando llegó a casa, Bill se dio cuenta que su nueva mascota no quería bajar del auto, se sentía cómoda ahí. Pasó un rato hasta que River descendió y fue adentro de la casa para conocer a su nueva familia integrada por otros tres perros y un gato, también rescatados de la calle.