Una mamá y su novia fueron condenadas a penas de más de 50 años de cárcel en Brasil por torturar, asesinar y deshacerse del cuerpo del pequeño Miguel dos Santos Rodrigues, de 7 años. El brutal infanticidio causó una fuerte conmoción en el país vecino. Según la fiscalía, ambas mujeres lo mataron porque el chico “estorbaba” su relación.
Yasmin Vaz dos Santos Rodrigues, la mamá de Miguel, fue condenada a 57 años, 1 mes y 10 días de prisión por los tres delitos. En tanto, Bruna Nathiele Porto da Rosa, la madrastra, fue condenada a 51 años, 1 mes y 20 días de prisión.
Torturas y un crimen sin cuerpo
Durante el juicio, ambas mujeres reconocieron que metieron el cuerpo de Miguel en una valija que arrojaron al río Tramandaí en Imbé, ciudad donde vivía la familia. Nunca fue encontrado.
Según las autoridades, las mujeres sometieron al niño a castigos y torturas físicas y psicológicas. “Estaba desnutrido, aunque estaba incripto en la escuela, no tenía amigos, no iba a ningún lado, estaba encerrado en una habitación de la casa, castigado, encerrado y atado en un armario”, describió entonces el policía Antonio Carlos Ractz.
Además, Yasmin obligaba al nene a escribir frases autocríticas en un cuaderno, como “No soy bueno”, “Soy malo”, “No merezco la mamá que tengo”.
Según el investigador Ractz, Yasmin “tiene el perfil de una psicópata. Durante toda mi carrera, nunca me había cruzado con alguien tan frío”, afirmó. También sostuvo que durante el interrogatorio, la mujer no mostró ningún sentimiento por su hijo: “Solo estaba preocupada por su pareja, no por el niño. Ella afirmó que el niño se interponía en su camino”.
Cómo se descubrió el crimen de Miguel
El caso se destapó después de que las mujeres denunciaran la desaparición de Miguel, dos días después de los hechos. Las contradicciones en sus relatos despertaron las sospechas de los investigadores, y terminaron confesando el crimen.
Según dijo su madre, Miguel murió después de que le dará fluoxetina, un remedio usado para tratar la depresión, entre otros trastornos. Según declaró, Yasmin encontró a su hijo muerto en el baño poco después. “Vi a Miguel acostado. Estaba todo frío, todo morado. Se lo mostré (a Bruna) y le pregunté qué había pasado y ella dijo que estaba muerto”.
Luego, Bruna le trajo una valija para esconder el cuerpo. “Lo levanté y lo metí. Lo metí allí. Lo metí y lo llevé al río”, confesó Yasmin, entre lágrimas.
Cuando le preguntaron si merecía ser condenada, la mujer contestó “obvio”. “Soy un monstruo. De hecho, soy un monstruo enorme. Porque, si estoy aquí hoy, es porque me equivoqué muchísimo. Si estoy aquí, todos están aquí, es porque fui terrible como madre, como ser humano. Pero nunca imaginé que ella pudiera hacer eso”, afirmó al culpar a su pareja.
En cuanto a Bruna, admitió haber participado en la tortura psicológica al chico y el ocultamiento del cadáver de Miguel, pero negó tener algo que ver con su muerte. Según dijo, acompañó a Yasmin hacia el río y la ayudó a tirar el cuerpo del nene al agua. La valija que usaron fue luego encontrada en la casa por los forenses.