En un episodio que parece atravesar lo fantástico, una mujer identificada como «Doña Ana» aseguró haber mantenido un amorío con un sujeto llamado Cándido González, en la localidad correntina de Concepción, al que identificó como un «porá», un fantasma según la mitología guaraní, indica Ámbito.
En un alucinado relato del portal Misiones On Line, se refirió a «doña Ana, una mujer de 69 años que no puede olvidar a su primer amor, una historia que ha dejado una marca imborrable en su vida».
Según difundió, citando al diario Crónica de Paraguay, «hace 44 años, cuando doña Ana tenía apenas 25 años, se enamoró perdidamente de un hombre» en Concepción y que «fue un amor a primera vista, un encuentro fortuito que la marcó para siempre (…) Fue entonces cuando se cruzó con un joven que resultó ser su vecino».
«El hombre, de nombre Cándido González, se acercó a ella y le dijo su nombre, dejándola perpleja por saber cómo conocía su nombre. El destino les había jugado una carta insólita, ya que resultaba ser el vecino de su difunta madre. Cándido González prometió cuidar de ella y le obsequió una foto suya como muestra de su compromiso. En ese momento, doña Ana sintió una atracción inmediata hacia él, un amor adolescente que parecía sacado de un cuento de hadas».
En ese punto, se añade que «pronto comenzaron a suceder cosas extrañas. Doña Ana notó que, al tomar la mano de Cándido, esta parecía estar compuesta de tierra. Este detalle llamativo no pasó desapercibido para ella, pero fue después de unos días cuando descubrió algo verdaderamente inexplicable. Durante una visita al cementerio, mientras se encontraba frente a la tumba de su madre, doña Ana se percató de que la persona enterrada al lado llevaba el mismo nombre que su amado Cándido González«.
«La sorpresa fue aún mayor cuando se dio cuenta de que la foto que Cándido le había regalado era idéntica a la imagen que descansaba en la tumba. La conexión entre su amado y el difunto se hizo evidente. Cándido había sido vecino de su madre, pero en el sentido más literal, ya que descansaba en paz justo al lado de su tumba», prosiguió el relato.
La difusa crónica añadió que «la búsqueda de explicaciones se ha convertido en una constante para doña Ana. Quiere entender por qué Cándido siempre está presente en su vida y cómo su amor por él ha influido en su destino. A pesar de todo, su deseo más profundo es que nadie más tenga que experimentar lo que ella vivió. Ha pasado por momentos difíciles, pero espera encontrar respuestas y superar esta conexión misteriosa que ha marcado su existencia».
El “Alma en Pena”, “Anima”, “Aparecido” “Pora” o “Fantasma” de la mitología universal,es el espíritu de un difunto que al no hallar la paz eterna vagabundea por los lugares terrenales que le eran cotidianos en busca de oraciones que le hagan alcanzar el Paraíso.
Así lo define la mitología guaraní, que proviene de los habitantes originarios del actual territorio comprendido por el Paraguay, más las provincias litoraleñas de Misiones, Corrientes y Entre Ríos.
