Un grupo de cazadores estadounidenses mataron a decenas de patos de collar y cuturíes en San Javier, Santa Fe, y fueron denunciados ante la justicia por el Centro para el Estudio y Defensa de las Aves Silvestres (Ceydas).
Estas aves, autóctonas y protegidas por la legislación argentina, fueron exhibidas sin pudor en las redes sociales por los infractores.
En Santa Fe, la caza de estas especies está prohibida. Según la resolución 129/2024, que actualiza anualmente la normativa de caza, la temporada de patos se extiende del 1 de mayo al 31 de julio, permitiendo la caza solo de tres especies específicas: sirirí, sirirí pampa y crestón.
El límite es de seis patos por especie, con un máximo de 12 ejemplares en total. Sin embargo, los cazadores ilegales en San Javier, a 156 kilómetros al norte de la ciudad de Santa Fe, exhibieron una cantidad excesiva de patos.
La promoción de la caza de aves protegidas es un delito penal en la Argentina. Esta situación refleja un problema persistente en el país, como lo evidencian los recientes incidentes en Formosa, donde cazadores furtivos mataron y desmembraron a uno de los pocos yaguaretés monitoreados en la provincia.
Además, en una operación reciente en Santa Fe, un conocido operador cinegético y dos ciudadanos franceses fueron detenidos con casi un centenar de patos y equipo de caza prohibido. En enero, Gendarmería decomisó 99 patos crestones durante un control vehicular cerca de Los Amores.