Amaia es una vecina del km 13 que este viernes, cuando volvía de la escuela, se cruzó con un puma, en zona de viviendas. «Venía llegando del colegio, me bajé del colectivo y de repente veo un puma bajando por calle Río Caleufu y no me lo esperaba, me quedé paralizada», indicó.
Recordó que «tarde un tiempo para verlo y era bastante grande como para hacer un perro, era gigante y cuando le vi la cara, me dio miedo y di la vuelta». En este sentido explicó que el ejemplar «era largo, estaba encorvado tenía la cola larga; si yo me acercaba más me iba a atacar, lo tuve a 5 o 10 metros de distancia».
Además, la joven vecina señaló que al caminar unos pasos volvió a mirar hacia atrás y vio que el puma seguía caminando despacio hacia su dirección, aunque cabe aclarar que Amaia destacó que el animal en ningún momento atinó a correrla. Asimismo, esta aclaración no quita el miedo que vivió esos segundos.
«Cuando me di la vuelta venía atrás mío y aceleré más el paso y me metí para el senderito; los perros de un vecino me ladraban, pero de lejos y estaban asustadas porque empezaron a llorar y no es normal este comportamiento de los perros», agregó.
Comentó también que posteriormente llegó al lugar personal de fauna silvestre, pero «no pude hablar en ese momento con ellos». Por último, expresó: «El puma venía bastante tranquilo y sigiloso y por suerte no emitió ningún sonido; es la primera vez y ojalá que sea la última que me pase».