Una tiktoker contó cómo ganó 700 mil pesos en dos meses, únicamente vendiendo fotos de sus pies. Todo comenzó con una publicación de Instagram que llamó la atención de usuarios curiosos por conocer sus pies.
Su nombre es Alejita Aguilar y es oriunda de Venezuela. A través de sus redes sociales, contó la insólita manera en la que terminó comercializando sus fotos sin usar aplicaciones de venta de contenido: “Si te llegan estas oportunidades del universo, tú no eres quién para rechazarlas”, afirmó.
“Todo comenzó cuando habilité las preguntas y respuestas en Instagram, una persona me preguntó cuánto medía y después cuánto calzaba”, empezó el relato de la influencer que hasta la fecha no puede creer lo que le ocurrió.
En un principio, le generaban desconfianza ese tipo de comentarios: “Eran cuentas fake, que no tenían publicaciones ni fotos, entonces yo les respondo ‘¿para qué querés saber? ¿Me vas a regalar zapatos?’ y ahí uno me dijo ‘los que quieras’. Era diciembre y no me venían nada mal unos zapatos”, confesó.
“Les digo a las tres personas que preguntaron el número que calzaba y se volvieron locos. Me dijeron que amaban el talle, que les parecía súper delicado y uno de ellos me preguntó si le podía vender una foto de mis pies”, reveló. En ese momento, comenzó todo. “Yo había escuchado eso en muchos videos pero nunca pensé que me fuera a pasar a mí”, expresó.
Alejita se dio cuenta de que la propuesta iba en serio entonces fue y lo consultó con su novio argentino. El joven no demostró ninguna incomodidad con la historia y la incentivó a hacerlo: “Me dijo ‘más vale, mandale el CBU”. Sus amigas, también apoyaron la idea.
Cómo ganó 700 mil pesos mostrando sus pies
“Le mandé el CBU y me depositó 50 mil pesos argentinos”, en ese momento advirtió que la venta de imágenes de sus pies era real. Había llegado el momento de hacer la sesión de fotos. “Ellos me dijeron como hacerlo, me pidieron una de la planta del pie, yo quería mostrar mis uñitas, pero ellos no querían, querían la planta del pie, así nomás”, detalló sobre las exigencias de sus clientes.
Los usuarios quedaron fascinados y le siguieron pidiendo fotos a cambio de dinero, pero ella no se sentía cómoda con eso: “Yo me sentía mal, me sentía usada, me sentía sucia”, confesó. Sin embargo, la culpa se le fue yendo de a poco cuando hablaba con otras personas que le decían que ojalá a ellas les llegaran esos perfiles y puedan ganar dinero de esa manera.
“A veces me levantaba y tenía una trasferencia de 30 mil o 40 mil pesos y eran ellos, que me decían “buenos días hermosa, acá un regalo”. Todo parecía ir bien pero finalmente decidió terminar con esa actividad: “Fue por diciembre y enero, después lo corté porque hubo cosas que no me gustaron, cosas fuera de contexto”, concluyó.