Se trata de General Mansilla, o “Bavio”, como lo nombran sus propios habitantes. Hace una década sufre una invasión de insectos en la zona, y aunque en su momento los vecinos se acostumbraron, hoy en día la situación es insostenible. “Se te meten en la boca, la nariz y las orejas” relatan cansados.
Bartolomé Bavio, como les gusta nombrar al pueblo los propios vecinos, es una localidad ubicada en la provincia de Buenos Aires, a 40km de La Plata.
La vida en este lugar está sostenida por las actividades rurales, sin embargo, lo que sostiene y sustenta al pueblo, también le trajo desgracia. Es que hace unos 10 años se inició una plaga de moscas en la zona, y aunque en ese momento los vecinos se acostumbraron, en estos tiempos la situación es extrema.
“Estás dando clase y a los nenes se les meten moscas en la boca, en los ojos, entre la ropa”, describió Eugenia Chorny, maestra de la Escuela Primaria N°16.
Según los mismos pobladores, el origen de la invasión está en los gallineros, esos grandes galpones que alojan a las aves para que estas depositen sus huevos. La falta de limpieza genera una acumulación de excrementos que, ante el aumento de las temperaturas, atrae muchísimas moscas, que se reproducen rápidamente al tener tanto alimento disponible, generándose una cadena difícil de cortar si estos lugares no tienen una higiene adecuada.
Dichos galpones son más grandes de lo común al albergar a gallinas industriales, que son las encargadas de producir huevos y por lo tanto, son de mayor tamaño que el resto.
Mientras no haya controles en los mencionados gallineros, la plaga de insectos será muy difícil de manejar más allá de las fumigaciones que se hacen semanalmente en los establecimientos educativos y de mayor concurrencia. Por eso, los vecinos siguen esperando respuestas del gobierno para que las personas encargadas realicen la limpieza correspondiente y la sostengan en el tiempo para controlar la invasión que hoy en día afecta a todo el pueblo y hace que la vida allí, sea prácticamente insostenible.