
Una vecina del barrio Ciudadela denunció públicamente haber sido brutalmente atacada por un perro el pasado 11 de febrero, en inmediaciones de la calle Constitución y 1° de Mayo, donde reside la dueña del animal.
A casi dos meses del hecho, la mujer decidió contar su experiencia y alertar a la comunidad sobre el peligro que representa el animal, que sigue circulando libremente en la zona, cerca de plazas y establecimientos escolares.
El hecho ocurrió cerca de las 18 horas, cuando la víctima acudió al domicilio de una conocida que minutos antes la había ido a buscar para asistir a su hija embarazada, quien presentaba contracciones. “Agarre mi cartera y salí corriendo”, relató la mujer.

Al llegar al domicilio, permaneció unos minutos afuera junto a la madre de la joven. Fue en ese momento cuando los perros de la vivienda salieron y, tras olfatearla, uno de ellos la atacó de forma repentina.
“Fue una pelea de unos 10 minutos. Tratando de proteger mi rostro, alcancé a poner mis manos. En un momento, ya sin fuerzas, caí”, relató la víctima. Gravemente herida, logró ingresar a la vivienda, donde cayó detrás de la puerta, desangrándose.
Según su testimonio, durante los primeros minutos no recibió ayuda médica y su celular se encontraba fuera de la casa, lo que dificultó pedir auxilio. “Después de 16 minutos, me dieron mi celular y yo misma pude pedir ayuda”, explicó. Finalmente, fue trasladada por particulares al hospital.
Las consecuencias del ataque fueron severas: sufrió desgarros múltiples, destrucción de tendones y nervios, y parálisis en los antebrazos y manos. Deberá someterse a una cirugía cuyo costo supera los 4 millones de pesos, sin contar los gastos del anestesista. “Mientras tanto, tengo que aguantar que me tomen el pelo”, expresó con indignación.
La mujer también denunció que el perro continúa suelto en el barrio, generando miedo entre los vecinos. Aseguró que el animal ya había atacado previamente a un joven, a quien le arrancó dos falanges. “El perro viene a mi portón cuando el hijo de la dueña lo suelta, mientras él se queda en la vereda como si nada”, denunció.
La familia responsable del animal fue identificada como residente en el domicilio de calle Constitución, y según la víctima, no han mostrado preocupación por el peligro que representa el perro. “Ni siquiera podemos salir al patio de atrás. El animal ladra y amenaza constantemente con cruzar”, concluyó.
Las denuncias están radicadas, pero la mujer expresó su preocupación por la lentitud del accionar judicial y pidió mayor celeridad para evitar nuevas víctimas. Además, pidió precaución a los vecinos, especialmente a quienes circulan por la zona o asisten a las plazas cercanas y a la escuela del barrio.