Sheffer relató que en un primer momento, el agua comenzó a filtrarse por el techo, pero rápidamente notó cómo el barro ingresaba por una de las habitaciones y, en cuestión de minutos, se extendía por toda la casa, alcanzando la cocina y el pasillo. “No pudimos hacer nada. Solo agarramos los documentos, una muda de ropa y nos fuimos. Laura, una vecina, nos ofreció un lugar donde quedarnos y acá estamos”, expresó con angustia.
La vivienda, ubicada en la parte alta del cerro, sufrió graves daños estructurales. La cocina, con piso de cerámica, quedó cubierta de barro, mientras que el resto de la casa, con suelo de tierra y alfombra, se convirtió en un lodazal imposible de habitar. “El olor a humedad es insoportable. No se puede estar ahí”, agregó.
La madre de familia explicó que no es la primera vez que enfrentan una situación de este tipo. “Es la tercera vez que nos pasa con las lluvias. Siempre perdemos todo”, lamentó. Además, comentó que el exceso de humedad afectó la salud de sus hijos, de 5 y 1 año y medio, quienes sufren problemas respiratorios.
Hasta el momento, la única ayuda recibida provino del área de Desarrollo Social del municipio, que les entregó colchones. Sin embargo, la familia sigue necesitando alimentos y productos de limpieza para intentar recuperar su hogar. “Pedimos ayuda, pero todavía no recibimos nada más”, señaló.
Sheffer, que además se encuentra a cargo de sus hermanas adolescentes de 14 y 16 años, quedó en una situación de extrema vulnerabilidad. Mientras intentan evaluar cuándo podrán regresar a su casa, continúan alojadas en un espacio prestado por una vecina.
Quienes deseen colaborar con la familia pueden comunicarse al 297 417 2104.
