Javier Milei asumió con el mandato principal de combatir la inflación y hasta ahora viene cumpliendo. En abril se volvió a un dígito y es posible que en mayo ya se ubica en niveles cercanos al 5% o incluso un poco menos. La caída de la inflación mayorista en abril a solo 3,4% tras haber tocado un pico histórico de 54% en diciembre pasado, es un claro síntoma favorable de este proceso.
Claro que la contrapartida es una fuerte caída de los salarios en la primera parte del año, que en promedio se ubica en 20% en relación a los niveles de noviembre. De manera paralela, una fuerte recesión que parece haber encontrado un piso y tras las caídas de ventas en casi todos los sectores, algunos empiezan a mostrar tenues “brotes verdes”.
La desaceleración inflacionaria es fundamental para que los salarios recuperen gradualmente el terreno perdido en los últimos meses, pero tiene otro impacto clave que es la disminución de las tasas de interés.
El regreso de las 12 cuotas (con o sin interés) es un dato fundamental que arrojó el Hot Sale de esta semana. Al menos en la Argentina, es la manera indirecta de rebajar los precios de los productos y hacerlos más accesibles.
Resulta mucho más conveniente como argumento de venta ofrecer facilidades de financiación en cuotas que salir con un descuento de 20 ó 30 por ciento. Pero en algunos productos de precios elevados fue necesario combinar ambas propuestas para atraer compradores.
¿A flote?
Algunos sectores que venían especialmente golpeados empiezan a salir a flote a partir de estas mayores facilidades de financiación. Es el caso de productos del hogar, como línea blanca, electrodomésticos, electrónica o muebles. Las ventas en muchos casos llegaron a caer el 40% en el primer trimestre del año.
Ahora las cosas se empiezan lentamente a equilibrar. El público no puede pagar los productos al contado, pero sí tiene mayor margen para hacer pagos en cuotas. Algo parecido sucede en indumentaria y calzado.
Los créditos hipotecarios le pondrán más dinamismo al mercado inmobiliario, que ya venía repuntando a partir de la estabilidad cambiaria y una mejora de las perspectivas económicas a partir de la asunción del nuevo Presidente. Se trata de uno de los sectores ganadores de esta nueva etapa, luego de varios años muy flojos, primero por la crisis que afectó a Mauricio Macri, luego por la pandemia y posteriormente por las torpezas propias del gobierno de Alberto Fernández.
De hecho, la venta de departamentos ya muestra un salto en la primera parte del año respecto a los últimos cinco. Y otros sectores también ya empezaron a mostrar mejoras en la comparación mensual, algo que se consolidará en mayo, como sucede la venta de autos y motos.
Todo indica que el piso de caída de la actividad y en particular del consumo ya se tocó, pero el camino para una reactivación más sostenible recién empieza. Mantener la caída de la inflación, abrir el cepo cambiario y el apoyo político a la ley Bases son claves para sostener este proceso
Todo indica, por lo tanto, que la economía ya encontró un piso luego de una caída fuerte desde noviembre pasado. En el FMI consideraron que el segundo semestre debería ser de recuperación, aunque no vaticinaron a qué velocidad podría suceder. Las chances de un rebote con la forma de “V” parece diluirse con el paso de las semanas.
La caída de la producción en la industria y de las ventas en los canales minoristas gatillaron despidoz en diversos sectores. Desde cadenas de supermercados, hasta fabricantes de neumáticos, pasando por automotrices, redujeron personal. En algunos casos, de a cientos de empleados. Una parte de los problemas que atraviesan algunas empresas se relaciona con una fuerte acumulación de stocks el año pasado, que tardaría todo este año en venderse. Por lo tanto, la producción se verá muy resentida en los próximos meses, aun en un contexto gradual de mejora de la economía.
La mayor apertura de las importaciones también representa un desafío para el empleo. Muchas empresas seguirán produciendo localmente, pero también empiezan a mirar oportunidades para traer productos terminados del exterior, en especial de Brasil y de China. En estos casos, es posible que alcance con menos empleados para menores niveles de producción (que es complementada con importaciones).
Milei explicitó en la última semana los caminos para salir del cepo: seguir limpiando los pasivos remunerados del Central, darle una salida con bonos a las empresas que giran al exterior y mantener la acumulación de reservas son piezas centrales en ese proceso.
Sin embargo, conviene no sacar conclusiones apresuradas. Las noticias laborales por lo general resaltan los casos de despidos, pero no las empresas que salen a tomar empleados. Por eso, es conveniente esperar los futuros datos de INDEC y Trabajo para tener una idea más clara de lo que está ocurriendo en el marcado laboral.
El Gobierno sigue muy concentrado en la desaceleración de la inflación como principal instrumento de reactivación. La baja de la tasa de interés repercute en menor emisión monetaria por parte del Central, al disminuir sustancialmente el peso de los pasivos remunerados. Tampoco se emite para financiar al Tesoro porque hay superávit fiscal. Y Milei aseguró que incluso tiene en sus planes dejar de emitir para comprar dólares una vez que se salga del cepo cambiario.
El fuerte control de los agregados monetarios es clave para que la inflación se derrumbe. Pero también se toman otras decisiones que apuntan en esa dirección. Por ejemplo, seguir postergando el aumento de tarifas de luz y gas a los hogares medios, para que el índice dé más bajo en mayo. El vocero presidencial también reconoció que podrían postergarse otros incrementos previstos para julio (mes de mayor estacionalidad en los precios). El peligro es que crezca la inflación reprimida, práctica de la que abusó el kirchnerismo según detalló Infobae.
Cepo y ¿atraso cambiario?
El Gobierno, mientras tanto, sigue dando señales sobre la futura salida del cepo, aunque por ahora sin fecha precisa. La hoja de ruta planteada por el presidente aún requiere de varios pasos, que podrían llevar varios meses. Por un lado, que continúe la reducción de los pasivos remunerados, algo que está en pleno proceso a partir de la reducción de las tasas de interés. El Tesoro también aprovechó la exitosa licitación de deuda que hizo la semana pasada para usar cerca de un billón de pesos y recomprar deuda colocada al Central, lo que redunda en una disminución de la base monetaria amplia.
Al mismo tiempo, también se deberá dar salida con nuevos Bopreal a las empresas que quieran girar divisas al exterior, ya que se trata de una potencial demanda de divisas.
Y mientras todos estos procesos suceden, el Central debe continuar acumulando divisas. Ahora la esperanza del Gobierno está puesta en el próximo blanqueo, que podría proporcionar varios miles de millones de dólares frescos para engrosar las reservas.
El FMI planteó al completar la revisión de las metas del acuerdo correspondiente al primer trimestre que el objetivo es ir hacia un tipo de cambio más flexible, mientras se avanza con la eliminación de las restricciones cambiarias.
La salida del cepo y la sanción de la ley Bases son dos temas centrales que preocupan a los inversores
Milei, sin embargo, considera que no existe atraso cambiario, por lo que no hay motivos -al menos por ahora- para salir del 2% de ajuste mensual del dólar oficial.
La salida del cepo y la sanción de la ley Bases son dos temas centrales que preocupan a los inversores. Los controles cambiarios hoy son funcionales al Gobierno, porque permiten mantener tasas artificialmente bajas, acumular reservas y recaudar más vía impuesto PAIS. Sin embargo, sostenerlos por demasiado tiempo terminará siendo contraproducente, porque será más difícil atraer inversiones y recuperar un crecimiento genuino más allá del rebote de corto plazo típico de los últimos 15 años de la economía argentina.
Las negociaciones en el Congreso en relación con la ley Bases también representan un hito importante para el Gobierno. No se trata solo de la aprobación de artículos relacionados con la reforma laboral y la emergencia económica, entre otros. También se mira con atención si la política argentina tiene intenciones de apoyar los cambios que plantea el Gobierno para volver a crecer o si se trata en realidad de seguir poniendo obstáculos para debilitar más a un gobierno que de por sí tiene poca representación legislativa y depende de rápidos logros económicos para consolidarse.