Una ciudad se quedó sin luz durante el partido de Argentina y puso a prueba la creatividad de los vecinos

Las altas temperaturas, el consumo elevado de energía eléctrica y las tormentas formaron un combo que desató la pesadilla de miles de habitantes de Mercedes, que se las arreglaron para poder seguir la clasificación del…

domingo 11/12/2022 - 18:55
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Las altas temperaturas, el consumo elevado de energía eléctrica y las tormentas formaron un combo que desató la pesadilla de miles de habitantes de Mercedes, que se las arreglaron para poder seguir la clasificación del equipo albiceleste a las semis del Mundial.

La definición del partido de cuartos de final entre la Selección argentina y Países Bajos fue tensa, atrapante, realmente no apta para cardíacos. Y lo fue aún más para la gran mayoría de los vecinos de la ciudad de Mercedes que sufrieron un masivo corte de luz en medio del encuentro y tuvieron que rebuscárselas para poder enterarse de la clasificación del equipo de Lionel Scaloni a las semifinales del Mundial de Qatar 2022.

Podría haber sido un cuento de Roberto Fontanarrosa, pero fue la más pura realidad. Vecinos saliendo a la calle y mirándose entre sí, llamados cruzados en busca de -tal vez- la única casa con suministro eléctrico en la ciudad, autos que iban y venían bajo una persistente tormenta y con el riesgo latente de la caída de árboles. En esta localidad ubicada a 100 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires todo era nerviosismo y, al mismo tiempo, fervor por la Scaloneta.

Un partido visto en tres casas distintas

Francisco Molina es un vecino de Mercedes que el viernes pasado el mediodía llegó a su casa luego de pasar unos días en la Costa. Antes de sentarse a ver el partido de Argentina, los primeros vientos de la tormenta le volaron un gazebo del patio, tal vez un presagio de lo accidentada que sería el resto de la tarde.

El primer tiempo lo vio junto a su familia y a un amigo, Facundo, sin sobresaltos. A los 10 minutos del complemento se cortó la luz y llegaron los nervios. “Salimos a la calle. Nos mirábamos con todos los vecinos. Fue un momento bastante feo”, contó a TN.

La primera reacción fue llamar a un amigo. La tensión iba en aumento porque no atendía. Cuando respondió, la pregunta fue directa: “Hay penal y va a patear Messi, ¿tenés luz?”. La respuesta afirmativa provocó una escapada veloz hacia el auto.

Las cinco cuadras fueron recorridas bajo una lluvia torrencial. Al llegar, la casa estaba colmada ya que era la única que tenía luz en toda la zona. Pero el alivio duró poco ya que, diez minutos después, no hubo más suministro y la TV se apagó.

“Faltaba poco y creíamos que ya ganaba Argentina, pero en el último minuto vino el gol y el alargue. Ahí nos miramos todos y empezamos a llamar para irnos a otro lugar”, relató Francisco.

Otro amigo ofreció su casa. Sin embargo, no tenía señal de cable. Terminaron viendo los penales por Internet, con un retraso importante. El festejo final fue un desahogo en todos los sentidos. “Fue una historia trágica con final feliz”, cuenta el vecino de Mercedes, cuyo hermano se llevó la peor parte: en su casa tuvo luz durante todo el partido, salvo en los últimos tres penales en los que se definió la suerte de la Selección.

La tormenta que obligó a romper las cábalas y a vivir la definición como en las viejas épocas

Las imágenes se repetían en otras zonas de la ciudad. Diego Trangoni estaba en su casa junto a algunos familiares y un amigo. El cielo gris ya desde los minutos previos al inicio del partido lo llevaron a tener una sensación que no quiso expresar en voz alta: “Pensé que si se largaba la tormenta se iba a cortar Internet y también la luz. Hacía mucho calor y había mucho consumo en la zona. No podía ser una buena combinación”, confió.

Las cábalas se mantuvieron intactas: los lugares en los que se sentaron y el canal que eligieron para ver el partido. No contaron con que lo endeble del sistema eléctrico los obligaría a abandonarlas. Cuando Messi fue a ejecutar un tiro libre en el segundo tiempo, la luz se fue.

“Cada uno empezó a tratar de conectarse con los datos del celular, pero funcionaba bastante mal. La señal se cortaba en momentos decisivos. Pasamos de ver en una pantalla de 55 pulgadas a verlo en 5 y media”, lamentó.

Diego llamó a su padre, que lo estaba viendo con un numeroso grupo de familiares. En esa casa tampoco había luz y estaban todos alrededor de un auto, escuchando el cierre del encuentro a la vieja usanza: por la radio.

“Decidimos copiar esa idea. Metimos el garage al auto porque llovía y nos quedamos amuchados escuchando como se podía”, recordó. Pero esa idea le trajo un problema con sus vecinos, que seguían las acciones por celular, con conexión de datos, y recibían la información mucho más tarde. “Al final dejaron de prestarle atención a sus dispositivos y se prendieron a nosotros”, reveló. De esa manera, todos vivieron juntos la clasificación a semis.

Lo más divertido llegó unos minutos después, cuando Diego fue al supermercado a hacer unas compras. “Había gente que todavía no sabía el resultado. Sabían que habíamos pasado porque la gente gritaba abajo de la lluvia, pasaban, hacían sonar las motos y había pirotecnia, pero no sabían el marcador final, del alargue y de los penales. En la cola para pagar nos pusimos a hablar y de nueve personas solo uno lo había podido ver”, comentó, ya entre risas.

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