La policía de Tailandia le realizó las pruebas a abad del templo y tres monjes, que fueron a un centro de rehabilitación.
Un templo tailandés habitado por cuatro monjes se quedó vacío después de que todos los religiosos dieran positivo por drogas y fueran enviados a un centro de desintoxicación, indicaron este martes a Efe fuentes de la Policía.
En una operación rutinaria, los policías acudieron al templo Sap Kaset Nok del municipio de Bueng Sam Phan en la provincia central de Petchabun y realizaron pruebas de drogas al abad del templo y a tres monjes, que dieron positivo.
Según los informes de medios locales, a los cuatro monjes se les retiró del templo este lunes, después de que fallaran las pruebas de orina que la policía les hizo. Los funcionarios no dijeron qué le había llamado la atención de la policía sobre el templo, informa la BBC.
Un portavoz policial señaló que el gobernador de la provincia ordenó que los religiosos, que fueron expulsados del monacato, fueran enviados a un centro de desintoxicación, aunque no se presentaron cargos contra ellos.
La medida ha provocado que el templo, situado en una zona rural, se haya quedado vacío, mientras las autoridades religiosas envían a más policías para vigilarlo.
Tailandia y la metanfetamina
Tailandia tiene un grave problema de drogas, principalmente debido a la metanfetamina, situación que ha empeorado desde el golpe de Estado en la vecina Birmania (Myanmar), de donde procede gran parte del tráfico de estupefacientes.
El portavoz policial en Bueng Sam Phan afirmó que realizan redadas en escuelas, templos y comunidades para localizar adictos y ayudarles a rehabilitarse.
En los últimos años, las metanfetaminas se ha convertido en un problema importante en Tailandia, y las incautaciones de esta droga alcanzaron un máximo histórico en 2021, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
El país es un importante punto de tránsito de metanfetaminas. La droga llega al país desde Myanmar, el mayor productor mundial de metanfetaminas, a través de Laos.
Después, las píldoras se venden en las calles con un valor de alrededor de 50 baht (U$S 1,40).
El primer ministro de Tailanda, Prayuth Chan-ocha, ordenó medidas drásticas en la lucha contra las drogas el mes pasado, después de que un ex agente de policía que había sido despedido por posesión de metanfetaminas, matara a 37 personas durante un tiroteo en una guardería.
El 90 por ciento de los tailandeses profesa el budismo y en el país hay unos 30.000 templos y 300.000 monjes, según datos de las autoridades.
A diferencia del sacerdocio en las Iglesias cristianas, los budistas pueden ordenarse por periodos cortos de tiempo, aunque también hay quienes se hacen monjes para toda la vida.
En los últimos años han surgido polémicas en Tailandia entre algunos monjes por no cumplir con las normas monacales de austeridad y vivir con lujos y hasta estar implicados en escándalos sexuales o de drogas.