Gerardo Scharff tiene 70 años y dijo que cuando tenía 12 fue abducido por un OVNI en Villa María, Córdoba. El hombre, que hoy es taxista, afirmó que convivió durante diez días con “seres celestiales”.
Según relató a El Diario, le dijeron que “alguien tenía que hacer contacto con él” para contar lo vivido cuando era un niño que trabajaba como peón en un campo. Hoy muestra una cicatriz y asegura que está relacionada con aquel suceso.
Una madrugada de mayo de 1966, Gerardo preparaba las vacas para el tambo cuando lo sorprendió una potente luz blanca. “Lo mismo sucedió dos noches más, hasta la cuarta, cuando la intensidad fue mayor”, dijo.
Una semana más tarde volvió a ocurrir, pero con una luz todavía más intensa. “Fue como agarrar una linterna y arrimarla bien cerca. Sentí un zumbido y vi aterrizar una nave de 20 metros de largo y ocho de ancho”, describió.
“Vení, no tengas miedo”, el mensaje telepático de los seres celestiales
Gerardo vio cómo se abría una escotilla y un ser alto, de color blanco, con cuatro dedos, le dijo por telepatía: “Vení, no tengas miedo”.
“Al ingresar a la nave vi a otros dos seres. Estaban ubicados en butacas con botones en los apoyabrazos. Cuando quise darme vuelta para salir ya no había puerta. Estaban adelantados como 2 millones de años”, dijo.
Según narró, se alimentó a través de “un tubo enorme parecido a una mamadera, que tenía sabor a frutilla”. Durante el viaje también vio piedras enormes, “del tamaño de una casa”.
Scharff también dijo haber estado cerca de cuatro horas observando la ciudad de estos seres celestiales: “Se bajaron, pero me abrieron la ventana y desde allí vi todo. Vi dos naves iguales a la que íbamos nosotros, otras diferentes y algunas que parecían ser de combate. También había seres como ellos, pero no del mismo color, sino de color piel”.
El hombre no recuerda cómo regresó. Cuando volvió a tomar conciencia estaba arriba de su animal. Para poder recordar todo, el taxista tuvo que hacer regresiones con un investigador paranormal. “Yo nunca hablé de marcianos ni extraterrestres, sino de seres celestiales, porque así me dijeron ellos que se llamaban”, precisó.