Un pobre inicio de año

Los chubutenses llevamos varios comienzos de año sin demasiada expectativa y con razón. Pero quizá esta llegada del 2022 sea la más agorera de la historia reciente. Y también en este caso los motivos sobran….

lunes 03/01/2022 - 8:45
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Los chubutenses llevamos varios comienzos de año sin demasiada expectativa y con razón. Pero quizá esta llegada del 2022 sea la más agorera de la historia reciente. Y también en este caso los motivos sobran. Incluso hay grados de desesperanza según la zona de la Provincia donde se viva: el panorama de un comodorense con una actividad petrolera plena, o del cordillerano que aún intenta reponerse de las pérdidas que acarreó la cuarentena agravada con los incendios pero con un turismo en plena recomposición, no se parecen al desánimo de un trelewense que ve cómo el tobogán va cada vez más abajo, ni tampoco al poblador de la meseta que sigue esperando por alternativas en serio.

No será año de elecciones, aunque ya comenzarán los distintos sectores políticos a andar el camino para posicionarse a la gobernación en 2023. Sería muy bueno saber para qué y por qué, más aún en este contexto. Necesariamente será tiempo de debates reales, de definiciones estratégicas y de asumir el compromiso de torcer el destino sombrío al que parecemos encaminarnos –según publica Diario El Chubut-.

Así como a la zona de la Meseta, ahora más que nunca, se le deberá dar certeza de un cambio (ya sin proyecto minero), Trelew amerita el compromiso de todos porque a la vista está que quienes fueron votados para conducir la ciudad no han conseguido parar la caída.

Una ciudad hundida en el clientelismo, en la profundización del pobrismo militante conveniente a intereses de algunos, sin proyecto industrial y con emigración en crecimiento, no es viable. Desde otros puntos de la provincia señalan como principal responsable a la gestión municipal y es probable, pero también acompañaron, según las circunstancias, políticamente. Incluso aunaron fuerzas aunque haya implicado hacer de tripas corazón, pero en definitiva caminaron juntos ante el electorado.

No se puede ser a medias, Trelew necesita un compromiso en serio, marcando posiciones y abriéndose a las posibilidades reales. No es con planes de empleo y fondos para huertas que baje Nación la forma en que se resolverá la caída en el embudo, que ya lleva años. Y el oportunismo político atenta contra la posibilidad de empezar a subir.

No son demasiadas las expectativas que genera Chubut en este inicio de 2022. Pero en algunos puntos de la Provincia, son menos todavía.

El experimento social del pobrismo, les ha salido muy caro a los habitantes de la ciudad de Trelew. Ya hemos contado que casi un tercio de la población de la ciudad vive de alguna ayuda social, y que lo que proliferan aquí son los planes y las Cooperativas de Trabajo de baja intensidad que hacen obra pública menor, alimentan comedores, o alguna otra cosa que pueda ser presentada como una “contraprestación” de los planes sociales que cobran del Estado. La ciudad hoy está devastada en su economía. Y el ataque con bombas Molotov a Diario El Chubut servirá además de advertencia, a aquellos que se atrevan -desde cualquier organización e institución, la que fuera…- a cuestionar al pobrismo, o el rumbo de nuestra economía y de la sociedad.

El ocaso de Trelew y el fracaso de sus dirigentes, además, contrastan con el brillo de Puerto Madryn y el empuje sin descanso de todos sus intendentes en los últimos veinte años, para hacer de la Ciudad del Golfo lo que es hoy. Es cierto que los mellizos Ricardo y Gustavo Sastre ejercen un estilo político arrollador que suele traerles ebullición en la interna peronista. ¿Pero qué puede importarle eso hoy a cualquier ciudadano madrynense, que ve cómo crecen las obras, el comercio, la industria, los servicios, y el turismo en aquella ciudad?

El desarrollo potente de Puerto Madryn pone de relieve aún más la debacle de Trelew. Una ciudad que -lo decimos con dolor, amargura, y una dosis de angustia por el porvenir- bien podría ser bautizada como la Capital del Espanto. Lo pueden testificar muchos dirigentes políticos prominentes de la ciudad, que no pueden convencer a sus hijos para que regresen al lugar en que nacieron, una vez terminados sus estudios universitarios.

Es cierto que la economía de una ciudad no depende exclusivamente de un Intendente. Pero la pregunta es por qué con una “macro” similar, a Comodoro y Madryn les va de una manera, y a Trelew, de otra.

Hubo un cambio notable en la dirección política del intendente Adrián Maderna, luego de su reelección en 2019. Las rotaciones de funcionarios clave del Municipio no siempre fueron exitosas, y en algún momento algunos de sus colaboradores comenzaron a empujarlo hacia un lado distinto al de la comunidad. Y en poco tiempo nos encontramos con que la mayoría de las acciones que emanaban desde el municipio, eran para atender la creciente clientela electoral, acuñada con paciencia en el ejercicio del pobrismo, y de las organizaciones piqueteras. Fueron quedando de lado el comercio, la industria, las actividades que generan recursos y recaudación.

Las vacaciones del intendente Adrián Maderna en un momento tan difícil, político y económico, fueron extrañas. Es de esperar que le sirvan al jefe comunal para reordenar su equipo, y enfocarse hacia la Trelew que trabaja, que ha quedado a un costado viendo cómo la economía de la ciudad se achica, mientras crece el poder de los que no fueron votados, pero que tienen palos, bombas molotov, piedras, y la anuencia de funcionarios y legisladores poco apegados a la democracia, e incapaces de encontrarle una salida a Trelew que no sean las del aeropuerto o las rutas que eligen los jóvenes, para nunca volver. Esta ciudad, nuestra ciudad, merece mejores esfuerzos de todos. Fue la más progresista del sur argentino. La cuna cívica, el faro político y cultural de la Provincia. Hoy, somos el caldo de cultivo de la violencia social y damos pena a nuestros vecinos.

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