Había prometido volver a la vida tres días después de que se declarara su fallecimiento.
Con un permiso especial de la Municipalidad y la casa de sepelios, el cuerpo de un pastor evangélico permaneció expuesto ante la gente y a la espera de que vuelva a la vida por tres días.
El insólito episodio tuvo lugar en Goiatuba, en el estado de Goias, Brasil. Allí un pastor perdió la vida y tanto la esposa como los fieles pidieron que no se inhume el cuerpo sino hasta cumplidos los tres días de su deceso.
El motivo era que en vida, el pastor había dejado escrito que resucitaría tres días después de su fallecimiento, por lo cual una multitud de fieles permaneció esperando las 72 horas previstas para el milagro, pero no se concretó, y finalmente su cuerpo fue enterrado.