Un pequeño de 9 años ingresó al Hospital Zonal de Caleta Olivia con un cuadro severo de gastroenteritis, diarrea sanguinolenta y purulenta. Llegó con un alto grado de deshidratación y con peligro de vida. Fue diagnosticado con una Enfermedad de Transmisión Alimentaria por haber consumido un pancho en un carro en la vía pública.
El último viernes, un pequeño de 9 años ingresó al Hospital Zonal “Padre Pedro Tardivo” con un cuadro severo de gastroenteritis, diarrea sanguinolenta y purulenta. Llegó con un alto grado de deshidratación y con peligro de vida. Fue diagnosticado con una Enfermedad de Transmisión Alimentaria por haber consumido un pancho en el carro “El Argentino”, según publica El Patagónico.
La subsecretaría de Comercio de Caleta Olivia ya venía planteando su preocupación por el resguardo de la salud de quienes consumen alimentos en la vía pública. No solo porque los principales consumidores son niños, en los que estas afecciones pueden resultar en enfermedades de por vida o incluso fatales, sino porque los alimentos elaborados a base de embutidos, carnes procesadas o aderezos caseros son de altísimo riesgo para la transmisión de enfermedades. Principalmente el Síndrome Urémico Hemolítico.
“Existen factores de riesgo en la manipulación de estos alimentos: no contar con agua potable/corriente para la continua higienización de la zona de elaboración/utensilios; que ni el manipulador, ni el consumidor cuenten con sanitarios para realizar sus necesidades fisiológicas e higienizarse debidamente a posterior; que los aderezos están expuestos a las altas temperaturas durante todo el día; que no hay un correcto y seguro manejo de los residuos; que no se encuentran al resguardo de las plagas y además incumplen varios requisitos reglamentados, en ellos el traslado diario de la unidad que tiene como objeto realizar una higiene completa por día”, señalaron desde la subsecretaría.
En ese sentido, la subsecretaria de Comercio, Silvina Baigorria, confirmó el incidente e informó que durante el fin de semana, junto con la clausura del local, se advirtió a la población de los riesgos de consumir productos alimenticios en la vía pública, sin que exhiban habilitaciones bromatológicas y de comercio.
La responsable del área advirtió además, que la Subsecretaria, lejos de tener la actitud de impedir el trabajo en la vía pública, tiene el deber de velar para que no ocurran situaciones como la acontecida. En ese sentido, resaltó que el área a su cargo mantiene el seguimiento del caso ante el hospital zonal y se encuentra en permanente contacto con los padres del menor para seguir la evolución del mismo.