Durante ese tiempo le diagnosticaron asma. Descubrieron lo que le pasaba cuando estaban por realizarle una operación.
A los 8 años, Marley Enjakovic llevaba unos 5 con problemas respiratorios, además de vomitar con frecuencia.
Al principio los padres del nene en Australia no hicieron caso de lo que parecía simplemente tos.
Tiempo después, los médicos le diagnosticaron asma y, si bien empezó a utilizar un inhalador, su condición empeoró.
«Presionamos a los médicos e hicimos más preguntas. Realmente queríamos una respuesta porque teníamos la sensación de que no era asma», sostuvo Jay Enjakovic, el padre del chico.
Finalmente Marley fue hospitalizado y, mediante un examen de rayos X, descubrieron que «algo estaba pasando con su esófago y su tráquea».
La madre contó que entonces el menor fue diagnosticado con fístula traqueoesofágica, una «conexión de su esófago a su tráquea, lo que significa que la comida, la bebida y la saliva básicamente habían estado ingresando a su tráquea (vías respiratorias) y pasando a sus pulmones».
A raíz de ello, decidieron someterlo a una operación. En los estudios previos a ese procedimiento se dieron cuenta de que había algo alojado en su garganta.
«Se trataba de un pedazo de plástico, una flor de plástico artesanal, de sus vías respiratorias», explicó la madre, quien añadió: «No podía creerlo, esa fue la causa de todo. Me sentí muy aliviada de tener una respuesta finalmente».
Consultados sobre el hallazgo, los padres admitieron que no tienen idea del tiempo exacto que el objeto pasó dentro de la garganta del nene su hijo, pero creen que «al menos cinco años, ya que fue cuando comenzamos a notar pequeños problemas que empeoraron con el tiempo».
Marley se está recuperando tras la inflamación. Aún debe tratar la fístula.