El capitán argentino no se guardó nada: metió un penal durante el partido y también el suyo en la tanda. Apuntó contra Van Gaal y el árbitro español Mateu Lahoz.
Lionel Messi tiene la cinta de capitán y el liderazgo adentro de la cancha en cada partido de la Selección Argentina en este Mundial de Qatar 2022.
Lleva 4 goles en los cinco partidos disputados: uno contra Arabia Saudita, otro contra México, uno en octavos contra Australia y el restante hoy contra Países Bajos.
Cada gol tuvo un valor inmenso en lo anímico para el equipo, que sigue avanzando de instancias y ya logró el primer objetivo: jugar los 7 partidos del Mundial.
En esta edición pudo sacarse la espina que tenía desde su debut en mundiales, ya que por primera vez convirtió un gol en octavos y en cuartos de final de la Copa.
Además de su colaboración en el juego y los goles, el 10 argentino luce concentrado y hasta desafiante cuando algo no le gusta del partido o el rival.
Este cruce con Países Bajos no tenía tanto de especial desde el vamos. Si bien es un duelo con historia por antecedentes resonantes y un historial parejo, Países Bajos (mejor digamosle Holanda) no es un archirrival de Argentina como Brasil e Inglaterra, aunque hoy no se notó.
Las declaraciones de Van Gaal, ex entrenador de Messi en Barcelona, le pusieron algo de picante a la previa. Durante el encuentro hubo roces fuertes y hasta tumultos en varias oportunidades. En tanto, Mateu Lahoz con su intención de tener protagonismo no hizo más que caldear los ánimos.
Fue tanta la bronca que cargaba Messi que tras su gol de penal que fue el 2 a 0 de Argentina, primero festejó con sus compañeros y luego se dirigió hasta la mitad de cancha donde practicó un pequeño salto para terminar con sus dos pies clavados en el suelo y sus manos en las orejas ensayando un Topo Gigio, festejo que “inventó” Juan Román Riquelme y que siempre tiene un destinatario.
Esta vez, el mensaje de Lionel estaba dirigido a Lois Van Gaal, quien durante la semana cuestionó que Messi era un jugador que atacaba bien pero no defendía. Justamente el holandés había esbozado una opinión similar cuando entrenó en el Barcelona a Riquelme, y eso en el potrero se llama ‘boquear’. Parece que la vida y el fútbol le devolvió por dos su actitud.
Lógicamente después del pase a semis llegó el desahogo. Messi cantó y bailó con sus compañeros al compás de los miles de hinchas argentinos que invadieron Qatar.
Más adelante, tuvo tiempo para su descargo. Cuando le pusieron los micrófonos, disparó con calibre grueso: “No quiero hablar del árbitro porque después te sancionan, pero creo que la gente vio lo que fue. Teníamos miedo antes del partido porque sabíamos lo que era. No pueden poner un árbitro así para un partido tan importante. El árbitro no estuvo a la altura”, dijo primero.
Poco después y al ser entrevistado por otra señal, Messi arrancó con todo: “¿Qué mirás, bobo? Andá para allá” lanzó a una persona sin identificar, antes de seguir con la entrevista.
Lo cierto es que si bien siempre ostentó un perfil bajo tanto dentro como fuera de la cancha, hace rato que el capitán no se quiere guardar nada y reafirma su posición de liderazgo en el equipo, una que mucho tiempo la reclamaron desde la prensa, pero que Lionel supo gestionar y ponerla en práctica en los últimos tiempos, no solo con palabras, sino con el fútbol que desplegó en los momentos –hasta ahora- más difíciles.
