Un martes de locos: lo que el viento nos dejó

El humo de los incendios que afectan a Australia, increíblemente, recorrió más de 12mil kilómetros y ya puede sentirse en nuestra ciudad. Mientras, se percibe notoriamente el polvo traído por las ráfagas desde el casi…

miércoles 08/01/2020 - 23:24
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El humo de los incendios que afectan a Australia, increíblemente, recorrió más de 12mil kilómetros y ya puede sentirse en nuestra ciudad. Mientras, se percibe notoriamente el polvo traído por las ráfagas desde el casi extinto lago Colhue Huapi. Esto, sumado a la tierra de los cerros arrastrada en cada jornada ventosa en la ciudad. Los tres factores se mezclaron en un martes con fuertes vientos inusual, pero no desconocido para la ciudad.

Salir de casa y ver el cerro, el mar, o el horizonte más cercano le basta a un comodorense para darse una idea de cuánto viento hay afuera.

Este martes, donde las ráfagas llegaron hasta los 96km/h tras el alerta meteorológico por vientos fuertes emitido por el SMN, se sintió más que nunca.

En una extraordinaria jornada para la ciudad, Comodoro se vio afectado en parte por el incendio que tiene lugar en Australia, a 12mil kilómetros de distancia. ¿Cómo? Es que la columna de humo del siniestro que ya arrasó con más de 500mil animales, llegó a Chile, Argentina y se siente en nuestra ciudad, aunque es casi imperceptible. La columna que se extiende a 5 kilómetros de la superficie no es fácilmente visible, y apenas se percibe a la luz del sol. Aunque imágenes del SMN confirman la presencia del humo en nuestra región.

Por otro lado, el polvo del casi extinto lago Colhue Huapi también cubrió nuevamente la ciudad afectando la visibilidad, que se vio gravemente reducida. Como viene sucediendo en las jornadas ventosas en la ciudad, el viento del oeste trae una gran cantidad de la fina arena que antes se encontraba en el fondo del lago, pero debido a su sequía quedó expuesta y los fuertes vientos logran arrastrarla hasta nuestra ciudad.

Además, la ya clásica tierra de los cerros también sobrevoló el cielo de la ciudad petrolera, mezclándose con las nubes que además, provocaron una lluvia que trajo dolores de cabeza a quienes vieron como sus autos quedaban totalmente cubiertos de una especie de barro formada por todos los componentes que levantó y dejó, el querido viento comodorense.

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