Eduardo López sostiene que «el botón rojo a fase uno en todo el país no tiene sentido».
El infectólogo Eduardo López explicó que «no tiene sentido porque Formosa no tiene casos, Misiones no tiene casos, La Pampa no tiene casos después del brote que tuvo en una de las ciudades, entonces me parece que lo que todo el mundo está aconsejando son cuarentenas cortas, fuertes y localizadas, y testear, claro: acompañarla con testeos», publica Big Bang News.
En diálogo con el programa Viale 910, que se emite por radio La Red, López negó que fuera necesario un regreso a fase 1 en el AMBA. «Se está trabajando bien en el AMBA, yo creo que el primer cordón está bastante bien controlado, están el segundo y el tercero, pero no tenemos esos brotes espectaculares que teníamos antes en el cual ibas a testear y tenías 200 casos, ¿no?», sostuvo. Para el infectólogo, en el AMBA «la curva está amesetada, con una tendencia a bajar, pero-advirtió- va a bajar despacio, en escalones. Suponete que estemos en 150, va a bajar a 100, a 90, a 50… «
Para López, el mayor problema que tiene el país en relación con la pandemia en este momento, es lo que ocurre en las provincias de Mendoza, Jujuy, Córdoba, Río Negro y Santa Fe. «Las curvas del interior son muy parecidas a las de España, se hicieron exponenciales», expresó, y también se mostró preocupado por «algunas localidades del interior de la provincia de Buenos Aires».
En relación con la preocupación que produjo la cantidad de gente que asistió el pasado fin de semana a bares restaurantes y cervecerías de la ciudad de Buenos Aires, López opinó que «fue como el primer día de los corredores, que salió a correr hasta mi abuela de 100 años. Fue jorobado… Lo que tenemos que tener es un poco de comportamiento social. Ahora, si vamos a seguir aglomerados como el fin de semana pasado, perdemos la batalla, porque el aire libre no elimina el riesgo, lo disminuye. Lo minimiza si uno usa barbijo, pero el viernes hubo gente sin barbijo», explicó.
Consultado sobre la postergación del regreso del fútbol profesional para octubre, López admitió: «Nunca me imaginé el fútbol en septiembre. Los futbolistas (de la mayor parte de los clubes de Primera) viven en un lugar (el AMBA) donde hay mucha circulación de virus. Octubre va a depender de cómo viene la curva de casos». El infectólogo arriesgó que para noviembre los argentinos podrían volver a comer asados con amigos, «quizás en principio con una pequeña cantidad de gente».