Hace casi tres años, Luis Daniel Videla, de 29 años, terminó de almorzar, discutió con su hermano Francisco, y lo apuñaló cuatro veces en el pecho con un cuchillo para cazar jabalíes. El brutal hecho de sangre ocurrió el 21 de noviembre de 2020, en la casa que comparten con su abuela, en el barrio 960 Viviendas, en San Luis.
Un vecino de un departamento lindante tuvo que tapar la herida con una remera, a modo de torniquete, para que el hombre no perdiera más sangre.
Recién el 9 de mayo, tras un largo proceso penal, los hermanos se perdonaron “de palabra” a través de un acuerdo conciliatorio, que el fiscal avaló para poner fin a la causa. El acuerdo no estableció ningún tipo de tratamiento psicológico o psiquiátrico para los hermanos, que “claramente son violentos”, resaltó la defensora oficial.
Este jueves, la historia mostró su peor cara: los hermanos volvieron a discutir, en el mismo departamento donde ocurrió el primer ataque. Luis le dio siete puñaladas a su hermano, que bajó del edificio con los brazos ensangrentados
Una testigo contó cuánto le impactó ver “la facilidad” con la que el agresor le clavaba el cuchillo en la espalda a su hermano y cómo la hoja del arma blanca ingresaba sin problema en el cuerpo. Cuatro veces apuñaló a su hermano, mientras estaba en el suelo y le rogaba que parara de atacarlo. Dos de las siete puñaladas le perforaron el estómago.
Francisco continúa internado en el policlínico de Villa Mercedes, peleando por su vida. El agresor también apuñaló a Laion, el perro de su hermano, que intentó defenderlo cuando lo acuchillaba y se recupera de la puñalada que recibió y lo dejó al borde de la muerte.
La abogada del imputado insistió en que un tratamiento terapéutico sería la única solución viable para reducir el nivel de violencia entre los hermanos. “Si se hubiera abordado adecuadamente el primer ataque, hoy no tendríamos a uno de los hermanos internado y al otro, detenido”, reflexionó.
Con la perspectiva de una posible condena y el futuro incierto, el acusado se da cuenta de que podría pasar largos años en prisión, lo que lo alejaría de su hija de cuatro años.