
Un fuerte terremoto de 7,3 grados sacudió este martes el pequeño país insular de Vanuatu, en el Pacífico Sur. El sismo destruyó edificios en la capital Port Vila, incluyendo uno que alberga a varias embajadas, entre ellas la de Estados Unidos.
Un testigo aseguró que vio cadáveres tendidos en la calle.
El temblor se registró al mediodía local a 57 kilómetros de profundidad y a unos 30 kilómetros de la costa de Efate, la isla principal de Vanuatu, dijo el servicio geológico de Estados Unidos.
Poco después se sintió una réplica de magnitud 5,5, seguida de una cadena de temblores menores que estremecieron el archipiélago de 320.000 habitantes.
Serios daños en un edificio de embajadas
La cadena de televisión VBTC, uno de los pocos medios que publicó imágenes del terreno, mostró a decenas de personas que acudían a un centro hospitalario capitalino en furgonetas, autos y transportados en brazos por terceros, así como carreteras bloqueadas por secciones de tierra y edificios y vehículos destruidos.
El edificio donde estaban las embajadas de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, sufrió severos daños, según imágenes de AFPTV.
Los funcionarios de las embajadas de Estados Unidos y Francia están a salvo, indicaron ambos países. La misión estadounidense cerró su sede hasta nuevo aviso. Francia dijo que su oficina quedó “destruida”.
“Hay gente en los edificios de la ciudad. Había cadáveres”, aseguró el residente Michael Thompson en una conversación por teléfono satelital, después de publicar en redes sociales imágenes de la destrucción.
Además, un desprendimiento de tierra sepultó un autobús, dijo Thompson, evocando la posibilidad de más víctimas. También dijo que el sismo derribó al menos dos puentes y otro edificio.
El piso de entrada del edificio diplomático “ya no existe”, aseguró este empresario del turismo de aventuras en Vanuatu. “Quedó completamente plano”, afirmó. “Si había alguien allí en el momento, no quedó nada”, dijo Thompson.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios dijo que había informes no confirmados de al menos seis muertos y que se estimaba que 116.000 personas podrían haber sido afectadas por el impacto del terremoto.
El hospital de Port Vila resultó dañado, por lo que decidió instalar tiendas de campaña instaladas en el exterior para atender la afluencia de pacientes, dijo la misma fuente. También hubo interrupciones importantes en las telecomunicaciones y los dos principales embalses de agua resultaron dañados.
El sismo cortó la mayor parte de las redes de telefonía móvil de la isla del Pacífico, según Thompson.