Siempre que se habla de ejercicios automáticamente se piensa en sus beneficios, ligándolos al bienestar del cuerpo y la estética. Sin embargo, el cerebro también es un gran beneficiario de la actividad física, ya que promueve su desarrollo y madurez.
Durante décadas, se pensó el cerebro era incapaz de desarrollar nuevas neuronas. Con el tiempo, expertos descubrieron que esta afirmación era falsa y que sí había una manera de que este órgano se propague: hacer ejercicio.
Cerebro y ejercicio: en qué consiste el experimento que lo cambió todo
En un experimento con ratones, los científicos descubrieron que los animales que corrían sobre una rueda, ejercicio básico y sencillo, obtuvieron nuevas neuronas en el hipocampo, estructura cerebral asociada con la memoria.
Este proceso parecía estar vinculado a la producción de una proteína llamada factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), que se produce en todo el cuerpo y en el cerebro, y promueve tanto el crecimiento como la supervivencia de las neuronas nacientes.
Los estudios demostraron resultados sorprendentes al mostrar que el ejercicio puede contrarrestar la atrofia del hipocampo, la cual está asociada con problemas de memoria en el envejecimiento saludable y enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.
Desde entonces, otros estudios establecieron que el ejercicio tiene efectos positivos en el cerebro de los humanos.
Qué relación hay entre el cerebro y hacer actividad física
Es común creer que caminar y correr son actividades que el cuerpo puede realizar en piloto automático. Pero la investigación llevada a cabo durante la última década indica que esto es sólo un mito: el ejercicio es tanto una actividad cognitiva como física.
Investigaciones posteriores confirmaron que el ejercicio aeróbico en humanos, al igual que en roedores, estimula la producción de BDNF y aumenta el tamaño y la conectividad de áreas clave del cerebro, incluido el hipocampo.
El ejercicio tiene beneficios tanto para el cuerpo, como para el cerebro.
Aunque aún no se determinó si estos efectos se deben a la neurogénesis u otras formas de plasticidad cerebral, está claro que el ejercicio beneficia las funciones cognitivas del hipocampo.
Además, se documentó que el ejercicio aeróbico también beneficia otras partes del cerebro, como la corteza prefrontal, lo que mejora las funciones ejecutivas cognitivas, como la planificación y la toma de decisiones, que tienden a deteriorarse con el envejecimiento saludable y en enfermedades como el Alzheimer.
Hacer actividad física fomenta partes del cerebro que se deterioran con el Alzheimer.
Otros experimentos: de qué se trata el caso de Reino Unido
En un estudio realizado a más de 7.000 adultos de mediana edad a adultos mayores en el Reino Unido, publicado en 2019 en Brain Imaging and Behavior, se demostró que las personas que dedicaron más tiempo a una actividad física moderada a vigorosa tenían volúmenes de hipocampo más grandes.
Por otra parte, un ensayo aleatorio de 12 meses en adultos mayores demostró que el ejercicio aeróbico mejora los niveles de BDNF, aumentando el tamaño del hipocampo y cuidando de la memoria.