Un artículo publicado en el American Journal of Hematology dice que dilatar la segunda aplicación no mejora la respuesta y sugieren adelantarla. En febrero, The Lancet había publicado lo contrario. El análisis de un experto local.
Hace rato se sabe que no todo está dicho sobre la vacuna contra el coronavirus de Oxford-AstraZeneca. Ahora se sumó otro granito de arena a los “peros” ya difundidos, con la publicación de un estudio de la Universidad de Atenas (Grecia) que comparó la inmunidad generada por ese fármaco y la de Pfizer-BioNTech. Advirtieron que dilatar a 12 semanas la segunda dosis de AstraZeneca no genera una respuesta sustancialmente mejor, por lo que sugieren adelantar el refuerzo.
Los datos, plasmados en un breve reporte (en realidad, una “carta al editor”, formato común en el ámbito científico) del American Journal of Hematology, establecen un paralelismo novedoso entre dos vacunas de plataforma absolutamente distinta: la de Pfizer, basada en tecnología ARN mensajero, y la desarrollada en Oxford, que contiene un vector viral (no replicativo) de adenovirus, una suerte de “taxi” de la información genética del Covid con la que se busca generar inmunidad.
En español, el largo título del trabajo incluye una pregunta sugerente: “Comparación de las respuestas de anticuerpos neutralizantes contra el SARS-CoV-2 en voluntarios sanos que recibieron el ARNm de BNT162b2 o la vacuna AZD1222: ¿Debe administrarse antes la segunda dosis de la vacuna AZD1222?”.
Algunos recordarán que apenas AstraZeneca «salió a la cancha», se sugería administrar la segunda dosis libremente entre las semanas 8 y 12. En febrero, un paper en la prestigiosa revista The Lancet corrigió ese lapso y afirmó que “mientras más tarde, mejor”.
La ministra de Salud, Carla Vizzotti, recibe la llegada de 864.000 dosis de la vacuna Covishield, edición india de la de Oxford-AstraZeneca./ AFP
Luego de que la compañía se levantara del traspié que la condujo a aceptar los beneficios de reducir la fórmula inicial de la vacuna, confirmó en The Lancet que se obtenía “una mayor eficacia de la vacuna con un intervalo de refuerzo más prolongado, y que una sola dosis de vacuna es eficaz en los primeros 90 días, lo que proporciona más evidencia para la política (inglesa) actual”.
En ese estudio, sin embargo, contabilizaron “anticuerpos” en general, pero, explicó Jorge Quarleri, doctor en Bioquímica, investigador Principal del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (INBIRS-UBA-Conicet), no parece haber habido un foco dedicado al comportamiento de los anticuerpos neutralizantes, que son los que bloquean la entrada del coronavirus.
Esto es justamente lo que hicieron los investigadores de la Universidad de Atenas, con un grupo muy chico de personas de 57 a 67 años, solo que en lugar de cotejar (como suele hacerse) «grupo vacuna» vs. «grupo placebo», compararon «vacuna» vs. «vacuna». Cada grupo estaba integrado por 70 voluntarios.
La conclusión más importante de la comparación fue que “aunque muchos países han optado por un intervalo de 12 semanas entre las dos dosis de AstraZeneca para aumentar el número de personas vacunadas con al menos una dosis, nuestros resultados defienden utilizar un esquema de administración más corto, especialmente a medida que haya más vacunas disponibles”.
Según Quarleri, “el estudio tiene dos puntos de corte. El primero es a los 21 días luego de la primera dosis. Allí se ven diferencias estadísticamente significativas entre las vacunas, con una mayor respuesta a anticuerpos neutralizantes de parte de la de Pfizer”.
En ese grupo se determinó que el 8,9% tenía un 75% de protección. Los de AstraZeneca con ese grado de inmunidad eran algo menos: el 6,8%. Y mientras el 21,8% del grupo de Pfizer tenía anticuerpos neutralizantes por debajo del 30%, los de Astra en esas condiciones eran el 43,8%.
Distintas marcas de vacunas contra el coronavirus aprobadas en el mundo. /AP
Cuando el grupo Pfizer recibió la segunda dosis a las 3 semanas, el grupo de AstraZeneca, no. La intención fue “recrear” lo que muchos países como Inglaterra (o mismo Argentina) están haciendo al demorar la segunda dosis para vacunar a más personas.
Entonces, dejaron pasar 4 semanas (es decir, a las 7 semanas o 50 días del comienzo del ensayo, y a las 3 semanas de la segunda dosis de Pfizer) y “se advirtió lo esperable”, evaluó Quarleri.
Esto es “un aumento sustancial de personas vacunadas que presentaron alta concentración de anticuerpos neutralizantes”. Sin embargo, los resultados son desparejos según la marca.
En el grupo Pfizer, la mitad de las personas desarrollaron protección por encima del 95%. El resto superaba el 75% de protección, mientras que solo 2 individuos fueron clasificados como “negativos” por tener protección debajo del 30%.
En cuanto a AstraZeneca, cuyos participantes, enfatizamos, solo tenían una dosis, el 10,9% mostró protección por anticuerpos neutralizantes encima del 75%, y un cuarto de los voluntarios quedó debajo del 30% de protección, lo que en palabras de Quarleri son “niveles por debajo de lo deseable”.
Si bien el experto aclaró que “este estudio, de todos modos, estaría ofreciendo evidencias de la durabilidad y concentración progresiva de los anticuerpos neutralizantes logrados por AstraZeneca, en niveles moderados aun 7 semanas luego de la primera administración”, los investigadores griegos creen que el bajo número de individuos bien protegido sería razón de sobra para modificar la estrategia de las 12 semanas.
Es decir que al no haber una mejora sustancial en la protección (que encima no es muy alta), los países que dispongan de vacunas deberían aprovechar para adelantar el “booster”, el refuerzo con la segunda dosis.
En un contexto en el que el otorgamiento de turnos para la segunda dosis viene desparejo en Argentina (hay quienes son convocados a las 8 semanas de la primera dosis; otros, a las 12, y nadie sabe qué le tocará), esta información debería aportar alguna tranquilidad, ya que uno y otro escenario no son demasiado diferentes.
Porque, como resumió la patóloga argentina residente en Londres Marta Cohen (quien cobró notoriedad como divulgadora del Covid), “lo importante, en definitiva, es dar la segunda dosis. Sea a las 8 semanas como a las 12, pero dar, en definitiva, el esquema completo de vacunación”.
Fuente: Clarín