En el nuevo Paseo de Compras de zona norte, muchos comodorenses pudieron encontrar un lugar para trabajar y poder lograr obtener nuevamente los ingresos necesarios para subsistir. Una peluquera que ofrece cortes de pelo a 100 pesos, una trabajadora de eventos que por la suspensión de su actividad ahora vende juguetes con su hija y una mujer que vende productos de limpieza luego de ser despedida por una enfermedad nos cuentan sus historias.
La pandemia interrumpió sus trabajos y por meses debieron rebuscárselas de cualquier manera para poder ganarse el mango, siempre teniendo en cuenta los cuidados que se deben tener por la pandemia del Covid-19.
Sin embargo, los fines de semana y feriados a partir de las 10 de la mañana ahora encuentran un lugar donde pueden volver a trabajar o vender sus productos.
LA PELUQUERA DEL PASEO DE COMPRAS
Tal es el caso de Débora, exempleada de un conocido supermercado donde trabajó durante 10 años, y que ahora se dedica a lo que ella eligió como su profesión.
“Renuncié y ahora hago peluquería que es lo que me gusta”, cuenta a El Comodorense luego de haber atendido a un cliente.
Sus cortes de pelo cuestan 100 pesos y los hace en medio de la vereda, algo que nunca antes imaginó, pero que hoy le permite tener nuevamente una fuente de ingresos.
“Antes de la pandemia tenía dos o tres cortes a domicilio pero ahora no lo estoy haciendo porque vos no sabés a la casa de quién vas. En mi casa tengo trapo con lavandina, barbijo, alcohol en gel, en otras casas no sé cómo se cuida la gente y yo tengo nenes chiquitos”, relató.
La peluquera del Paseo de Compras se mostró alegre por la oportunidad y aseguró volver todos los findes “mientras el clima lo permita”. Es que allí hace hasta cinco cortes de pelo diario, lo que le permitió “volver al ruedo”.
MADRE E HIJA CODO A CODO
La pandemia obligó también a la suspensión de todo tipo de eventos en salones cerrados, y a pesar de que hoy la situación epidemiológica de la Comodoro se ve sumamente mejorada, no hay fecha estimada para la vuelta de este tipo de actividades.
Esto golpeó de lleno las arcas de Dora, quien alquilaba mantelería y organizaba eventos, pero ante la suspensión decidió comprar juguetes para revender primero por Facebook, aunque que encontró un espacio mejorado en el nuevo Paseo de Compras.
En su stand, Dora y su hija Yessica venden juguetes de todo tipo y artesanías hechas por la mujer más joven, quien observó que “hay mucha gente que viene y mira para buscar precios, estamos todos en la misma”.
Sin fecha de regreso de los eventos, Dora asegura que “voy a seguir con esta actividad pienso seguir porque está muy parada la comida, proyectan hasta 50 personas por salón y es mucha la inversión”.
“ME LA REBUSCO Y SALGO A TRABAJAR”
Patricia siempre fue empleada de comercio, pero fue despedida de su trabajo por una enfermedad que padece. Sin embargo, ni esa cruel acción frenaría su convicción para poner manos a la obra.
“Me vengo dedicando a vender productos de limpieza hace un par de años”, detalló, y lamentó también los efectos de la pandemia que provocaron una considerable reducción en sus ventas: “Para que tengas una idea antes teníamos 10 pedidos por día, porque entregábamos a domicilio, y ahora si tenemos dos o uno es mucho”. Es que los controles estrictos durante la cuarentena les impedían pasar al centro, zona sur y Rada Tilly, donde tenías varios clientes.
De igual manera, con suma firmeza asegura “en lo que puedo hacer me la rebusco y salgo a trabajar”.
Por esta razón, el nuevo Paseo de Compras le permitió también incorporar otros productos para vender, como es el caso de las ojotas o bikinis. Ella y su familia se guían por las fechas venideras y por lo que busca la gente. “Tratamos de invertir para tener un ingreso más porque vendiendo una sola cosa no alcanza”, describe, y concluye en que “la feria ayuda bastante porque las veces que estuvimos nos ha ido bien”.