El indicador que mide la brecha de tasa de interés de la deuda aumentó a lo largo de la jornada.
El Riesgo País subió durante toda la jornada y llegó en 964 puntos básicos. Si la Argentina hoy emitiera un bono soberano en dólares a 10 años, debería ofrecer al mercado internacional una tasa «extra» de más de 9,6 puntos porcentuales por encima de la del Treasurie a 10 años, hoy 2,53%.
Es decir que un hipotético bono argentino con vencimiento en 2029 debería convalidar una tasa de 12,1% anual en dólares para encontrar alguna demanda. Son tasas demasiado altas y prohibitivas para el actual estado financiero del sector público.
El Riesgo País argentino no alcanzaba un umbral tan alto desde febrero de 2014, cuando registró 961 puntos básicos.
En las plazas financieras se tiene muy en cuenta ese frágil equilibrio. Los títulos públicos en dólares de la Argentina –especialmente los emitidos con legislación doméstica- mantienen un sendero constante de caída de precios, mientras que la rentabilidad implícita –que evoluciona en sentido inverso- crece en la misma proporción.
Emisiones como el Bonar 2020 y el Bonar 2024 ya están rindiendo más de 20% en dólares, una rentabilidad sin par entre los emergentes y que revela el grado de desconfianza de los inversores: para captar el interés de los fondos y que estos asuman el riesgo, hay que ofrecer una renta excesiva.
Justamente este estado de cosas es el que trata de calcular el índice de Riesgo País. El indicador de JP Morgan mide el diferencial de la tasa de los bonos del Tesoro de los EEUU, un activo de referencia global, con sus pares de países emergentes.