¿Te imaginás un equipo con Armani en el arco, Izquierdoz y Martínez como centrales y Julián Álvarez junto a Benedetto compartiendo la delantera? Algo que hoy parecería imposible, se dio en 1974 solo cuatro días después de un Superclásico, y fue un partido épico.
El 29 de agosto de 1974 quedará marcado para la historia por haberse materializado el tan famoso “Bover”, el término utilizado en redes sociales que define a la combinación de los equipos más grandes del país, Boca y River, archienemigos desde su nacimiento.
Aquella jornada, a solo cuatro días de un Superclásico ganado por Boca por la mínima, ambos planteles se unirían para enfrentar nada más y nada menos que a la Selección Argentina.
El estadio José Amalfinatani de Vélez Sarfield fue la sede del partido que finalizó con un entretenido empate 2 a 2. Aquel día, los simpatizantes de Boca y River gritaron juntos los goles del combinado.
El combinado nacional formó con Rubén Sánchez; Vicente Pernia, Juan Domingo Rocchia, Daniel Killer, García Sangenis; Miguel Brindisi, Rubén Galván, Gerónimo Saccardi; Santiago Santamaría, Mario Alberto Kempes y Enzo Ferrero. Entraron en el desarrollo del encuentro Carlos Fenoy y Daniel Bertoni.
Por su parte, el once de Boca y River alineó a José Pérez; Pablo Zuccarini, Baudilio Jáuregui, Roberto Rogel, Alberto Tarantini; Marcelo Trobbiani, Norberto Alonso, Osvaldo Potente; Ramón Ponce, Carlos Morete y Carlos María García Cambón. También ingresaron Carlos Barisio, Osvaldo Pérez, Jorge Benítez y Edgardo Di Meola.
Los goles de la Selección fueron producto de Tarantini y Rocchia, mientras que García descontó y Morete lo empató sobre la hora para el equipo que representaba a Futbolistas Agremiados Argentinos.
“Gran clima en las tribunas y un agradable espectáculo en la cancha”, dice una de las críticas que se publicaron en la revista El Gráfico el día después del partido.
Tras casi 50 años, aún no se han vuelto a dar partidos de estas características y hasta parece imposible pensarlo dado el ambiente del fútbol que se vive tanto adentro como afuera de la cancha.
Con una división marcada entre los más grandes del Fútbol Argentino que se vio agrandada en una década marcada por el descenso de River y la derrota de Boca en la Libertadores 2018 a manos de su eterno rival, un encuentro con ambos planteles combinados parece ya una utopía, aunque restaría conocer las posturas de cada institución si se propusiera un evento similar.