El hombre había salido de su vivienda de Balcarce con la excusa de hacer las compras, pero la policía lo encontró almorzando en Mar del Plata tras varias horas de búsqueda. Viajó en remís y le mintió al chofer sobre su nombre y edad para que no pudieran hallarlo.
Enrique Babenco había salido de su vivienda de la ciudad bonaerense de Balcarce con su andador y la excusa de que iba a hacer unos mandados, porque a él le gusta realizar ese tipo de actividades pese a su avanzada edad.
Sin embargo, los minutos comenzaron a pasar y con esto llegó la incertidumbre, que se adueñó de la familia: querían saber dónde estaba el abuelo.
Esos minutos se transformaron en horas, y como el hombre no regresaba a su casa, los parientes entraron en pánico. Algunos de ellos pensaron incluso en lo peor: que se hubiese perdido en el camino de ida o vuelta, o que hubiera sufrido un accidente durante el trayecto.
Luego de varias horas de una intensa búsqueda, el hombre finalmente fue hallado en una situación menos esperada por sus familiares: estaba sano y salvo almorzando en Mar del Plata, una ciudad que queda a 70 kilómetros de su hogar. El abuelo había llegado hasta la Ciudad Feliz y allí estaba, como si nada pasara.
