Prometió comprar 75 millones de barriles hasta llenar las reservas del país y dispuso el envío de fondos para las compañías.
Cuando el mercado estaba en pleno pánico por el derrumbe de los precios del petróleo que llegó al extremo de cotizar debajo de cero, el presidente Donald Trump volvió a jugar fuerte y aseguró un fuerte respaldo al sector.
Al igual que con su mediación entre Rusia y Arabia Saudita que posibilitó el acuerdo de la OPEP, ahora intervino de lleno en la discusión de los precios al prometer la compra de 75 millones de barriles hasta llenar las reservas estratégicas de Estados Unidos.
«Es un buen momento para comprar petróleo y nos gustaría que el Congreso lo apruebe en lugar de almacenarlo para las grandes empresas», afirmó en rueda de prensa.
A su vez, anunció vía Twitter el envío de fondos para proteger al sector. «Nunca dejaremos sola a la gran industria del petróleo y el gas de los Estados Unidos. He instruido a la secretaría de Energía y a la secretaría del Tesoro a formular un plan que ponga a disposición fondos para que estas importantes empresas y empleos estén asegurados en el futuro», dijo.
El comunicado llevó cierta calma y los precios del WTI -el valor de referencia para el mercado estadounidense- repuntaron un 110% para salir de niveles negativos y operar a 3,6 dólares.
Como explicó LPO, es probable que esta suba se intensifique a partir del miércoles cuando entren a cotizar como precio spot los contratos de futuros de junio, que ahora se encuentran en 13 dólares, mientras que julio opera a 22 dólares.
El problema con el vencimiento de los contratos de mayo fue que, al estar saturada la capacidad de almacenamiento por el excedente de producción que trajo el parate económico del coronavirus, los traders entraron en desesperación para evitar quedarse con estos activos que les ocasionarían un conflicto mayor: dónde colocar el crudo que les iban a entregar cuando se ejecuten los vencimientos.
No obstante, la situación está lejos de normalizarse porque no hay forma de contrarrestar este desplome de la demanda. El Brent, el mercado de referencia a nivel mundial que no tiene esta cláusula delivery de entrega física como el WTI y por lo tanto sufre una menor volatilidad en cada cierre de contrato, se contraía un 18% este martes para llegar a los 20 dólares, el menor nivel desde el año 2002.
En este marco es que ya entró en discusión el cierre de pozos, una medida que traería fuertes consecuencias para las petroleras por la dificultad que conlleva su ejecución y su costo aparejado.
En Canadá ya se habla de un recorte de entre el 20% y el 25% en la producción de los campos de arenas bituminosas y en Estados Unidos se evalúa compensar a las petroleras por el cierre de pozos shale.
«Si el mercado financiero sigue con esta postura no va a haber otra forma de nivelar el precio que con cierre de pozos. Ahí primero cerrarán los pozos no convencionales porque tienen más flexibilidad cuando tenes en cuenta la complejidad de parada y arranque», afirmó a LPO Eduardo Fernández, consultor senior de mercados energéticos y director de la carrera de especialización de petróleo y derivados de la UBA.
En ese sentido, el consultor energético Cristian Alonso indicó a este medio que «primero se cerrarán los pozos más caros de operar y de baja producción diaria con bombas, después irán los de recuperación secundaria y en última instancia van a estar los pozos muy complejos de cerrar como los offshore donde quizás se pueda graduar la producción y no cerrarlo».