Los estudios demuestran los beneficios de mantener sexo a partir de los 60.
Aunque en los últimos años se han roto muchos tabúes al respecto, todavía persiste la idea de que a partir de los 60 no se disfruta del sexo de la misma manera. Así que si una persona se está preguntando si es normal que con 60, 70 u 80 años siga sintiendo ganas de mantener relaciones sexuales con una pareja, la respuesta es un sí rotundo, según publica Clarín.
Es completamente normal y se puede experimentar una sexualidad completa, con coito satisfactorio incluido, aunque puedan existir condicionantes físicos.
Es un hecho que el paso de los años tiene ciertas consecuencias que se presentan en mayor medida. En el caso de los hombres, la erección suele tardar más en aparecer y la firmeza no es la misma. Asimismo, aumenta el llamado tiempo refractario, el que se extiende entre la erección y el orgasmo. Bajan los niveles de testosterona, las eyaculaciones suelen ser menos abundantes y el orgasmo menos intenso.
En cuanto a las mujeres, el descenso de los niveles de los estrógenos y la progesterona favorecen la sequedad vaginal debido a la disminución de la mucosa, por lo que puede ser necesaria una mayor estimulación para lograr la excitación. Pueden producirse también cambios morfológicos en la vagina, molestias durante la penetración y un descenso del deseo sexual.
Sexo en la adultez: qué dice la ciencia
Pero nada de esto es obstáculo para disfrutar de una relación sexual completa. De hecho, los beneficios a todos los niveles han sido demostrados científicamente. Un ejemplo: la revista The Journals of Gerontology publicó un estudio al respecto en el que se analizaba cómo el sexo tiene una incidencia en la actividad cognitiva de las personas mayores de 50 años.
Los expertos, que pertenecían a las universidades de Oxford y Coventry en el Reino Unido, desarrollaron un cuestionario sobre la frecuencia de la actividad sexual entre participantes de entre 50 y 83 años. Aquellos que mantenían una actividad sexual frecuente, obtuvieron puntuaciones más altas en las pruebas de memoria y función ejecutiva. Además, se mostraron menos propensos a sentirse deprimidos y solitarios.
En este otro estudio llevado a cabo recientemente en la Universidad de Castilla-La Mancha y titulado Percepciones de la sexualidad en personas mayores: una revisión sistemática de estudios cualitativos, se concluye que “las personas mayores consideran la sexualidad como algo positivo y como un deseo que siguen queriendo expresar».
Y agregan: «Los estereotipos sociales, los prejuicios de las personas con las que conviven, la falta de intimidad y la asociación de la sexualidad con la procreación o bien con la obligación marital son consideradas barreras para la expresión de su deseo sexual”.
Pero, ¿cómo se puede disfrutar de esta sexualidad a pesar de los condicionantes? Estos son cinco consejos que pueden ayudar al respecto.
1 – Olvidarse de la obsesión por la erección y el coito
Si durante la vida sexual de cualquier persona la obsesión por el coito y el orgasmo puede perjudicar más que otra cosa, con el paso de los años es aún peor. Es una etapa en la que pueden presentarse algunos problemas físicos, por eso las caricias, el simple contacto piel con piel o los abrazos son motivos suficientes para disfrutar.
De hecho, deben explorarse sin la sensación de que es lo que queda cuando no se puede hacer otra cosa. No aceptar el paso del tiempo puede conllevar dificultades a la hora de entender los cambios que experimenta la sexualidad.
Los hombres, como apunta la sexóloga y psicóloga Marina Castro, suelen obsesionarse por cumplir, lo que puede convertirse en una verdadera condena que haga naufragar la relación sexual. El patrón de cumplir perpetúa los estereotipos.
2 – Sexo sin prisas ni estrés
Los años de crianza y educación de los hijos son agotadores. A partir de esta edad se suele disfrutar de un mayor tiempo libre, lo que conlleva una disminución del estrés. Teniendo en cuenta que es una de las causas que provoca falta de deseo sexual y otras disfunciones en los adultos, la tercera edad puede convertirse en una etapa perfecta para dejarse llevar y vivir el sexo sin prisas.
3 – Primar la calidad por encima de la cantidad
Aunque los avances médicos y el envejecimiento activo permite disfrutar de la tercera edad en unas condiciones de salud óptimas, no hay que olvidar que a determinadas edades como pueden ser los 70 o los 80, puede ser relativamente normal presentar patologías o trastornos físicos que impidan de alguna manera una relación sexual tal y como se concibe socialmente.
Es entonces cuando a veces se suele caer en el reproche, sobre todo cuando el problema lo tiene exclusivamente uno de los miembros de la pareja. La comprensión y la comunicación en este aspecto son fundamentales. Es mejor asumir que más vale calidad que cantidad y que los momentos no se miden por los resultados, sino por la satisfacción de cada minuto.
4 – Acudir al especialista cuando se necesite
Algunos de los condicionantes físicos que se suelen presentar a estas edades tienen solución. Por ejemplo, con el láser vaginal se obtienen buenos resultados en el caso de la sequedad producida por el descenso de los niveles de hormonas femeninas.
Y existen también tratamientos para la reducción de los niveles de testosterona y la falta de deseo sexual en los hombres, así como las dificultades en la erección. Consultar con el especialista es un paso imprescindible para solucionar estos contratiempos de una manera segura.
5 – Trabajar la autoestima
El culto al cuerpo y a la imagen que inunda nuestra sociedad es responsable de que muchos hombres y mujeres se sientan poco atractivos a partir de cierta edad. Esto, según los expertos, tiene un impacto considerable en el interés de las mujeres y los hombres hacia el sexo.
Fomentar la comunicación entre la pareja, trabajar individualmente la autoestima y hacer ver a la pareja el interés sexual que despierta, es esencial en esta etapa de la vida.