El estudio compara el valor de un vehículo fabricado localmente con similares en México y Brasil. El mayor peso de la carga tributaria en la etapa productiva hace que la industria local no sea competitiva.
La Argentina es siempre una paleta de hechos insólitos donde lo normal suele ser la anormalidad. Sobran ejemplos y, en la industria automotriz, abundan. La falta de competitividad de las plantas locales por la elevada presión tributaria hace que los 0 km que se fabrican en el país sean más caros, en el mercado interno, que su similar importado de Brasil o de México. Esto ya es curioso, teniendo en cuenta que los vehículos que llegan del exterior tienen cargas adicionales, en algunos casos, como arancel de importación y costos de flete. Pero la situación empeora cuando la comparación se realiza a la inversa: el mismo modelo nacional es también más caro cuando se exporta a uno de esos países en relación con el modelo equivalente producido en Brasil o en México. La conclusión es simple: los autos “made in Argentina” son caros en cualquier mercado.
Según el informe del sector que elaboró el IAE, anticipado ayer por Ámbito Financiero, esto se debe a la alta carga impositiva que hay en el país agravada porque la mayor presión está en la cadena productiva. Un dato que se desprende de este estudio -en el que participaron fabricantes, gremios, concesionarias y autopartistas – es que por cada u$s100 de impuestos a la producción de un 0 km en la Argentina, en Brasil tiene sólo u$s50 y en México nada.
El trabajo, denominado “Propuesta para la transformación y sostenibilidad del Sector Automotor”, toma como ejemplo hipotético un sedán mediano. En la Argentina, ese modelo cuesta u$s22.000; su similar brasileño, unos u$s19.900 y el mexicano u$s18.000. Ese mismo modelo nacional, se vende a u$s21.600 en el mercado brasileño mientras que el vehículo local vale u$s18.100 y el mexicano u$s16.700. Si se toman los precios a los que se comercializan en México, el modelo producido en la Argentina se cotiza a u$s19.400, el brasileño a u$s17.300 y el local a u$s15.000.
También se hace la comparación con los precios con un mercado neutral como el colombiano y el modelo argentino sigue siendo el más caro.
Según informes anteriores de ADEFA, el 54% del valor de un auto que se vende en la Argentina corresponde a impuestos. Sin embargo, por la superposición de tributos e impuestos distorsivos, parte de esa carga se mantiene en el momento de la exportación. Pese a los reembolsos vigentes, se estima que alrededor de 14% del valor de un vehículo argentino que se exporta son impuestos. Esto les quita a competitividad a las plantas locales. Es por eso que en el documento del IAE se propone una serie de medidas para aliviar esa carga. Concretamente, se plantea la necesidad de avanzar de un esquema “a la mexicana”.
En el sector destacan la importancia de este trabajo porque es la primera vez que todos los integrantes de la cadena productiva y comercial acuerdan un plan común a largo plazo para el crecimiento de la actividad.
Como eje de las medidas que se plantean se destaca el pedido de una reforma tributaria específica para el sector que permita llegar a niveles de competitividad que lo hagan viable. Este estudio será entregado a los principales candidatos para que sea tenido en cuenta por el próximo presidente que surja de las elecciones del 27 próximo.