Alberto Fernández vetó los artículos que daban financiación a tasa cero y crece la incertidumbre en el sector, que reclama por definiciones.
El presidente Alberto Fernández vetó este lunes los artículos 13, 14 y 25 de la la Ley 27.563 de Sostenimiento y Reactivación Productiva de la Actividad Turística Nacional, que otorgaban créditos para agencias de turismo, con plazos de hasta 36 meses, el primero a tasa cero y luego al 20%, y seis meses de gracia. “Nos negaron el principal beneficio que nos daba la ley”, cuestionaron referentes del sector, que no trabaja desde hace seis meses.
En el caso de Comodoro, Guillermo Schneider, en representación de las Agencias de Viajes y Turismo, sostuvo que “el panorama es desolador porque no comienza la actividad, a pesar de las necesidades que tienen las empresa para volar, además están los nuevos impuestos que se empezaron a aplicar para quienes compren boletos si quieren salir al exterior”.
Para quienes componen el sector del Turismo, uno de los factores que más complican la actividad y comprometen su futuro es la escasa o casi nula previsibilidad del panorama que les espera.
“Se había previsto que los primeros vuelos volverían en septiembre, pero ya vamos a entrar en octubre y no tenemos certezas de cuándo volverán y sabemos que sin conectividad no hay turismo”, manifestó Schneider a El Comodorense Radio, quien dijo que sin conexiones aéreas es imposible sobrellevar la actividad.
Las agencias de turismo emplean de manera directa a unas 35.000 personas y a más de 1,2 millones en total.
En este contexto, vaticinó que “lamentablemente muchas agencias que viven de las ventas de pasajes aéreos van a sucumbir en muy poco tiempo, porque no creo que puedan seguir aguantando”.
Con la continuidad del cierre de fronteras, piden una definición del Gobierno, que además “no generó acciones complementarias” que ayuden a la industria del Turismo.
“El Ministerio de Turismo lanzó la temporada, pero no la acompañan desde el Estado”, definió el referente de las Agencias de Viajes, y explicó que “podemos vender paquetes a cualquier destino pero si ingresan a una ciudad y los meten 14 días en un hotel sin asomar la nariz es una cárcel. No hay actividad turística que se pueda lanzar o aprovechar si no se ponen de acuerdo quienes brindan los servicios y el Estado”, concluyó.
