Geraldine Calvella pudo disfrutar por poco tiempo del abultado sueldo que le dejaba su cargo como directora de Planeamiento y Fiscalización de Centros de Documentación en el Registro Nacional de las Personas (RENAPER). Según supo Clarín, la joven de 23 años desistió de asumir el trabajo que se le había encomendado, en medio de la polémica por su falta de experiencia en la materia, corta edad y breve recorrido universitario.
El escándalo se había desatado hace diez días cuando trascendió la noticia de que el gobierno de Javier Milei había nombrado desde el 15 de enero a una militante libertaria sin diplomas ni experiencia en la materia como directora de Planeamiento y Fiscalización de Centros de Documentación, un cargo dependiente de la Dirección General de Planeamiento y Logística Documental dentro del Renaper, organismo bajo la órbita del Ministerio del Interior. Por su trabajo embolsaría mensualmente un sueldo bruto de 2,7 millones de pesos.
La noticia se viralizó rápidamente. No solo llamó la atención la falta de aptitudes para el cargo, sino también las sugerentes fotografías que la joven publicaba en traje de baño en sus redes sociales, eliminadas luego de que su inconsistente designación cobrara notoriedad, publicó Clarín.
Ahora, fuentes del Ministerio del Interior confirmaron a Clarín que la joven dio un paso al costado. “Ella no estaba designada y desistió del cargo”, indicaron, aunque evitaron referirse a los motivos que la llevó a tomar esa decisión y que su nombramiento había sido «provisorio».
Desde el Gobierno habían intentado quitare relevancia al asunto cuando se conoció que la joven ocuparía un alto cargo en el organismo. «Es una directora de línea. Se trata de una dirección simple, con una remuneración similar a las direcciones de igual rango y categoría, tal como lo establece el Sistema Nacional de Empleo Público (SINEP) con el aumento acordado en febrero por la paritaria estatal», respondieron en aquel entonces ante las consultas.